Del 20 al 27 de enero, el Congreso Judío Latinoamericano, en el cual se reúnen comunidades y organizaciones judías de 18 países de Latinoamérica, está organizando una campaña de recordación del Holocausto para crear conciencia sobre lo sucedido al pueblo judío durante la Segunda Guerra Mundial, la cual lleva como eslogan principal #weremember.
La Asamblea General de las Naciones Unidas designó el 27 de enero de cada año como el Día Internacional en Memoria de las Víctimas del Holocausto. Desde el año 2005, la ONU y sus estados miembros han efectuado ceremonias conmemorativas para marcar el aniversario de la liberación, en 1945, del campo de concentración y exterminio nazi de Auschwitz-Birkenau, y para honrar a los seis millones de víctimas judías del Holocausto y a millones de otras víctimas del nazismo.
Distintas comunidades, instituciones y organizaciones rinden tributo a la memoria de las víctimas del Holocausto y ratifican el compromiso de luchar contra el antisemitismo, el racismo y toda otra forma de intolerancia que pueda conducir a actos violentos contra determinados grupos humanos.
Desde la creación del World Jewish Congress, se lleva a cabo a nivel mundial esta iniciativa de #WeRemember, la cual consistente en la publicación en redes sociales de fotografías de personas que sujetan un letrero con la frase que le da nombre y en compartir sus fotografía con los hashtags sugeridos.
Con la intención de participar en esta iniciativa, que busca crear conciencia en un mundo en el que 20 por ciento de su población cree que el Holocausto es un mito y en el que millones de personas ven videos o leen noticias que niegan su existencia; me uní al trabajo creativo de mi hija Samantha Finckler y de mi amiga Sandra Yajure, quien es una actriz muy reconocida en Venezuela, para producir un video que lleva por nombre “¿Cómo se llora a seis millones de muertos?”, basado en mi poema que lleva el mismo título.
¿Cómo se llora a seis millones de muertos?
No hemos parado de llorar.
Mis hijos heredarán las lágrimas
y las lágrimas serán el legado de mis nietos.
El llanto se transmite de generación en generación,
igual que el rezo, las filacterias y la tradición.
¿Cuántas velas se encienden?
Seis millones no alcanzan.
No hay forma de llenar tanta oscuridad.
Se consumirán las velas que encenderán mis nietos.
Se levantarán montañas de cera derretida.
Se volverán humo todos los cordeles…
Y seis millones no alcanzan
por una sola de esas vidas
¿Cuántas plegarias se oran?
¿Y quién escuchará nuestros rezos?
¿Y a quién importarán nuestros ruegos?
¿Los muertos pueden rezar por nosotros?
¿Podemos nosotros tejer oraciones por ellos?
Hubo un Kidush HaShem por cada niño asesinado.
Hubo un Kidush HaShem por cada anciano asesinado.
Hubo un Kidush Hashem por cada hombre y por cada mujer.
¿Cuantos más harán falta?
¿Cuántas plegarias serán suficientes
para comprarnos el derecho a la vida?
¿Cómo se llora a seis millones de muertos?
Raquel Markus