Una denuncia ante la Fiscalía General de la República, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos de la OEA, la Fiscalía de la Corte Penal Internacional, la oficina del Alto Comisionado de Derechos Humanos de las Naciones Unidas en Caracas y una demanda en el Tribunal Contencioso Administrativo, interpondrá la Fundación El Amparo y los abogados defensores de tres comerciantes, cuyos locales fueron demolidos de manera irregular por parte de la Alcaldía del municipio San Cristóbal.
Por Corresponsalía
Así lo informó este martes 31 de enero, en rueda de prensa, el presidente de la Fundación El Amparo y director general del Comité contra la Impunidad en Venezuela (Ciciven), Walter Márquez, acompañado de los dueños de los locales derrumbados en el Hospital Central de San Cristóbal, Óscar Escalante y Pablo Novoa; y en el Terminal de Pasajeros, Andrea Ramírez y Romer Chacón.
También estuvieron los abogados Omar Sayago y Reinaldo Pedroza, junto a la activista de derechos humanos y jurista, Ana Hernández.
Precisó Márquez que esta acción se inicia por que los propietarios de los comercios fueron, a principio del año 2022, a la alcaldía a solicitar permiso para cambio de actividad comercial, y el director general, Juan Rodolfo Martínez, les planteó que se asociaran, pero estos se negaron.
“Frente a esta negativa, se desató una persecución contra ellos en la que inicialmente promovieron la nulidad de la decisión de adjudicación del director del Hospital Central, lo cual estaba totalmente prescrito. Además, el alcalde no tiene facultad para intervenir, es una resolución de otro poder público separado”, dijo Márquez.
Precisó que una cuadrilla al mando del abogado José Corso, quien alegó que cumplía órdenes superiores del síndico municipal Mario Izarra y del despacho del alcalde Silfredo Zambrano, y usando a funcionarios de la Policía Nacional Bolivariana (PNB) al mando del comisario Arturo Perdomo, y del comisionado de la Policía Municipal de San Cristóbal, César Flores, procedieron el pasado 26 de enero a demoler esos locales frente a las víctimas, a pesar de que cursaba un recurso de nulidad de la resolución de demolición de la alcaldía ante el Tribunal Contencioso Administrativo de San Cristóbal.
“Este hecho es muy grave porque es producto de la fuerza de la corrupción que llegó a la alcaldía. En el año 2004, el Hospital Central detectó una radiación en el área de cocina y comedor por los nuevos equipos instalados y convocaron a una consulta a través del Diario La Nación, para construir un nuevo comedor, la cual ganó el señor Óscar Escalante y también Pablo Novoa, quienes fueron autorizados por escrito por el director del hospital y por el Ministerio de Salud de la época, y posteriormente tuvieron el visto bueno de la Alcaldía de San Cristóbal, mediante un informe elaborado por cinco directores del municipio para instalar sus comercios de alimentos. Estos locales fueron inaugurados por autoridades del Ministerio de Salud, y los propietarios del local cuentan con un contrato de obra notariado. Igualmente, cuentan con un título supletorio promovido por un tribunal municipal, además, han pagado los impuestos municipales desde el año 2004 hasta la fecha”, destacó Walter Márquez.
Indicó el defensor de derechos humanos que en este hecho y en la demolición de otro local comercial de un restaurante en el Terminal de Pasajeros en noviembre del año pasado, se violaron el derecho al trabajo, el derecho a la propiedad, el debido proceso constitucional, garantizado en el artículo 49 de la Carta Magna, y el debido proceso municipal garantizado en la ordenanza de construcción desde el artículo 111 hasta el 115.
“Estamos en presencia de un crimen de persecución establecido en el artículo 7 del Estatuto de Roma, por ser un hecho sistemático y generalizado, que se convierte en una política de Estado por parte del municipio San Cristóbal, y que destruyó locales de más de 350 metros y otro de 57 metros. Dejó sin fuentes de trabajo a cuatro familias de manera directa y a 20 empleados que laboraban en los tres restaurantes”, agregó Márquez.
Amenazas
El presidente de la Fundación El Amparo también denunció que su esposa, la defensora de derechos humanos Ana Hernández, fue amenazada con prisión ese día por el funcionario policial César Flores, si continuaba apoyando y dando sus alegatos en defensa de los dueños de los locales comerciales.
“También fui víctima de una agresión moral inaceptable por parte de dicho funcionario. Responsabilizamos a la cadena de mando por esos hechos, encabezada por el alcalde Silfredo Zambrano; el director general, Juan Rodolfo Martínez; el abogado José Corso, y los funcionarios policiales Arturo Perdomo y César Flores, responsables de usar la fuerza en ese momento”, añadió Márquez.
Delitos cometidos
Por su parte, el abogado Omar Sayago, acompañado del también defensor Reinaldo Pedroza, como apoderado de las víctimas, precisó que los funcionarios actuantes incurrieron en los delitos de abuso de funciones, agavillamiento, daños materiales, hurto calificado y otros delitos tipificados en el código penal venezolano.
Recordó que ante el Tribunal Contencioso Administrativo interpusieron en diciembre de 2022 y en enero de 2023, dos demandas: una contra la decisión de demolición en el Hospital Central, y otra por el caso del Terminal de Pasajeros, que se trata de un recurso de abstención o carencia por la negativa de la alcaldía de permitir el acceso al expediente, de entregar copias certificadas que se cancelaron hace más de tres meses, y de entregar la orden de demolición, la orden de desalojo y el inventario de los bienes, que fueron hurtados en su mayoría. Ambas fueron admitidas y notificadas la alcaldía, por lo que en los próximos días se conocerán las decisiones de estas causas.