El comienzo de Carruchas El Retiro
Para Edwin Acevedo el inicio de la fundación se dio mucho antes de su creación, hace 10 años. Asegura que sus padres, Candelario Acevedo y María Correa, tuvieron mucho que ver, ya que ambos eran líderes sociales de El Retiro y se encargaron durante muchos años de promover el deporte y las actividades culturales en la zona. Es por ello que Acevedo creció con la certeza de que la cultura y el deporte son muy importantes para transformar la vida de los niños.
Una noche, sentado con amigos, recordaron aquellas épocas de juegos con papagayos, trompos, y por supuesto carruchas. Fue en ese momento cuando surgió la idea de crear una fundación que promoviera este tipo de juegos para las nuevas generaciones.
“Aunque esta iniciativa comenzó en El Retiro, con el transcurso de los años se fue
extendiendo a otras zonas. Ya hemos visitado casi todas las parroquias de Caracas. Hemos ido al 23 de Enero, San Agustín, La Pastora, El Cementerio, Sucre, incluso llegamos al estado Miranda, en Petare, Los Valles del Tuy, hasta allá han llegado las carruchas”, comenta Edwin a la VOA.
La Fundación Carruchas El Retiro se encarga de la elaboración y promoción de las
carruchas a través de actividades y competencias. Actualmente cuentan con 110 carruchas pero constantemente están construyendo más y también reparando las que presentan fallas.
Aunque su enfoque está en las actividades con carruchas, en la fundación también han hecho jornadas con otros juegos tradicionales como papagayos, metras, trompos.
Acevedo afirma que durante sus inicios las actividades se desarrollaban solo durante los meses de noviembre y diciembre debido a que la carrucha es un juego popular decembrina.
Sin embargo, debido a su éxito han extendido las jornadas a todos los meses del año. “La carrucha como todo juego tradicional tiene una época, es de época decembrina, así como el papayo es de Semana Santa, el trompo de épocas de vacaciones escolares. Por eso nosotros normalmente hacíamos muchas actividades entre noviembre y diciembre, pero desde hace años nosotros nos extendimos a los 12 meses del año. Por ejemplo, en febrero tenemos un evento con las carruchas en el que los chicos tienen que venir disfrazados . En Semana Santa, hacemos la tradicional quema de Judas y una competencia de carruchas, también tenemos actividades el Día del Niño”, explica.
El éxito de Carruchas El Retiro también se ha visto reflejado en la participación. Al comienzo asistían unos 50 niños por jornada, pero ahora han llegado a contar hasta con 400 niños. Incluso, Edwin comenta que en muchas oportunidades son más los niños que las carruchas que tienen disponibles.
Es precisamente por la falta de carruchas que el presidente de la fundación destaca la importancia del apoyo de terceros para seguir construyendo más de estos vehículos y realizar más competiciones.
“Las personas y las instituciones pueden colaborar con recursos para llegar a muchas otras partes de Caracas. Porque estos eventos requieren de mucha logística: transporte, alimentación, personal, también para el mantenimiento y construcción de carruchas”, agrega.
Para la elaboración de las carruchas, Edwin y sus colaboradores recurren a aserraderos y ferreterías para comprar los materiales. La construcción la realizan en el taller que era de su padre Candelario.
Las carruchas: un juego tradicional para niños y adultos
Las jornadas con carruchas o “carruchadas” como las llama Edwin Acevedo, no solo son un momento de diversión y esparcimiento que transforma la forma de divertirse de muchos niños, también se ha convertido en un juego para los padres que asisten a las actividades y rememoran su niñez gracias a este jeugo tradicional.
“La cara de felicidad de un niño cuando se monta en una carrucha es increíble, pero también la cara de los adultos cuando se suben y recuerdan su infancia. La gente disfruta muchísimo de este juego”, afirma el presidente de la fundación.
Otro aporte que brinda este juego es que los niños refuerzan valores como el
compañerismo, el apoyo y el aprendizaje. “La carrucha aparte de un juego es un medio de transporte. Los niños aprenden a manejarlo, los que las construyen aprenden más del proceso, conocen de herramientas. Es muy divertido manejarla. Hay compañerismo pero también hacemos competencias sanas. La carrucha es lo máximo”.
Para Edwin el trabajo que realizan en Carruchas El Retiro no solo significa el rescate de los juegos tradicionales, también de los valores. Agrega que su única motivación para seguir adelante con el proyecto es la felicidad que han llevado a cientos de niños en las zonas populares.
“La única motivación que tengo son los niños. La cara de felicidad de verlos jugando con una carrucha, esa es toda nuestra motivación. Todo lo que hacemos es por ellos”, finaliza.