El hombre que murió en un bar ubicado en el barrio Laureles de Medellín era un sacerdote que respondía al nombre de Javier Eduardo González Pertuz.
Por semana.com
El religioso, quien tenía 39 años y era oriundo del departamento de Córdoba, ingresó al establecimiento en compañía de otro hombre en la noche del viernes y horas más tarde falleció en extrañas circunstancias.
En la madrugada del sábado, luego de haber departido en el bar, el sacerdote se desplomó en una de las mesas al tiempo que su acompañante salió del sitio con sus pertenencias.
Tras verlo desplomado, el administrador del lugar habría decidido sacarlo del bar y llamar la Policía. Los uniformados encontraron al hombre sin vida.
Yenny Espitia, prima del sacerdote, publicó un sentido mensaje en sus redes sociales que refleja el dolor que le está causando su muerte: “Parece mentira escuchar que ya no estarás más con nosotros., que ya no volveremos a escuchar tus consejos, que no habrá más de tus risas, de tus anécdotas, de tus oraciones, de ese amor tan grande que siempre tenías para darnos. Fuiste un excelente hijo, hermano, primo, nieto y sacerdote. No tengo palabras para expresar lo agradecida que estoy por todo lo que hiciste por nosotros y lo que hoy me duele tu partida”.
Entre tanto, la Policía Metropolitana del Valle de Aburrá capturó a un hombre de 33 años que hirió con un cuchillo a su familia en Medellín. En consecuencia, su padre perdió la vida, mientras que su mamá se recupera de las lesiones en un centro médico de la ciudad.
Por medio de la línea de emergencia se dio cuenta del incidente que ocurrió al interior de una vivienda ubicada en el barrio Belén. Hasta ese lugar llegaron los uniformados que se encontraron de frente con el homicida. Al parecer, él trató de lesionarlos con arma blanca.
En medio del tire y afloje para detenerlo, un integrante de la unidad le disparó en su pierna con el propósito de reducirlo para frenar la tragedia. La mujer que sobrevivió, junto al agresor, fueron remitidos a una clínica de la capital de Antioquia para la atención.
El coronel José Miranda, comandante encargado de la Policía Metropolitana del Valle de Aburrá, contó que las primeras hipótesis darían cuenta que esta alteración del orden público tendría relación con hechos de intolerancia, enmarcados en violencia intrafamiliar.
Se mostró preocupación por este incidente dado que, en lo que va corrido de este año, en la subregión se han presentado 25 muertes violentas que están asociadas a este fenómeno. Sin embargo, las investigaciones fueron asumidas por la Fiscalía General.
En consecuencia, pidió a la ciudadanía mayor tolerancia: “La invitación de la Policía Nacional es a que estas situaciones se dialoguen, se lleve a la mediación y no a vías de hecho que nos han venido generando este tipo de situaciones”, dijo el oficial.
En cuanto al panorama de la ciudad de Medellín, entre el 1 de enero y el 4 de febrero, ocurrieron 31 homicidios. Tres tienen relación con hurtos, seis por convivencia, uno por violencia de género y otros tres por enfrenamientos de organizaciones delincuenciales.