El representante de la Cámara de Licoreros del estado Monagas, Carlos Véliz, manifestó gran preocupación por la situación que atraviesa el sector debido a las altas tasas impositivas de la alcaldía chavista de Maturín.
Corresponsalía lapatilla.com
Afirmó que la administración municipal ha cargado de manera inconsulta estos tributos, pese a la crisis post pandemia.
En este sentido, Véliz advirtió que en la capital monaguense hay 155 locales que están en gran riesgo permanente de cierre al no poder cumplir con el pago de estos impuestos.
Explicó que solo en materia de tributos, los licoreros deben cancelar cerca de 1.200 dólares, que incluye renovar la licencia que cuesta 600 dólares, así como la de patente, industria y comercio, impuesto de gobernación y otros aranceles que deben cancelar.
“El peor impuesto que tenemos hoy los comerciantes se llama inflación. El Estado habla de un dólar criminal, pero detrás de eso hay un dólar asesino, porque todos los días el Gobierno devalúa, lo que quiere decir que el Ejecutivo está haciendo malas políticas monetarias y creo que están desenfocados. Si hay un déficit fiscal, el comercio no puede suplir ese déficit”, señaló el representante del gremio licorero.
Agregó que la situación actual, obliga a los comerciantes de este ramo a pasar a la clandestinidad y no cumplir los deberes fiscales y formales, lo que no sería beneficioso para ninguna administración gubernamental.
Dijo además que más de 300 familias se verán afectadas de cerrar los más de 150 locales expendedores de licor. Indicó que la llamada “recuperación económica” no es más que una burbuja que el régimen chavista quiere hacer ver.
Por último, precisó que los licoreros del municipio Maturín tienen hasta el 15 de febrero para cancelar los referidos impuestos y el incumplimiento de ese pago acarrea multas de 40 unidades tributarias, por lo que es aún más inminente el cierre de estos establecimientos.