Un dálmata de 11 años, cariñoso, dulce, loco, divertido, imprudente, vigilante y caballero… ese fue Bam Bam Alberto. Así lo describe su “mamá humana” a través de una publicación en Instagram en la que reclama justicia.
Por lapatilla.com
Bam Bam pagó con su vida una presunta venganza dirigida a sus “padres”, dos ciudadanos residentes de una finca de Anaco en el estado Anzoátegui.
Inicio de la trágica historia
Transcurría el mes de enero del corriente año, cuando Eugenia Martínez (*) denunció a sus vecinos por la muerte de 6 de sus ovejos (un macho padrote y 5 hembras reproductoras).
Dichos animales eran la principal fuente de producción de esta familia, que se encargaba de ordeñar a las hembras para procesar leche y queso para personas intolerantes a la lactosa.
La muerte de estos animales ocurre, de acuerdo con la información obtenida de los análisis de sangre, tras ingerir altas cantidades de úrea, un compuesto utilizado como fertilizante.
Sin embargo, aunque se utiliza como fertilizante, al entrar en el organismo del humano o un animal, se convierte en nitrógeno que absorbe la mayor parte del oxígeno presente en el cuerpo, significando una muerte segura para quien la consume.
Denuncia
Tras conocer el suceso del que habían sido víctimas sus animales, Eugenia preparó una denuncia, la cual terminó con la investigación y detención de la persona encargada de la finca aledaña a la suya. A este señor le imputaron 3 delitos: maltrato animal, daño a ganado ajeno, y prohibición de hacer justicia por sus manos.
Luego de esta decisión de las autoridades de Anaco, pasó lo más doloroso… Bam Bam, el noble dálmata de 11 años de edad, fue envenenado con el mismo agente tóxico: úrea.
https://www.instagram.com/p/CoYnnX3LtL5/?igshid=MDJmNzVkMjY=
Un examen toxicológico reveló altas cantidades de este compuesto en su organismo que lo llevaron a su muerte.
El equipo de lapatilla.com conoció de primera mano los resultados del informe veterinario que explica los síntomas que sufrió Bam Bam: vómitos, exceso de salivación, temblores, rigidez muscular, desorientación y falta de aire. “Bam Bam sufrió mucho antes de morir”, comentó Eugenia entre lágrimas.
A juicio de Eugenia, los presuntos culpables de la muerte de su perro, fueron los mismos culpables de la muerte de sus ovejos, en vista de que en todos los cuerpos se encontró la misma sustancia.
Actualmente se encuentra una investigación en curso para determinar si la responsabilidad debe recaer sobre los mismos vecinos.
La protagonista de esta historia ha llevado el caso hasta las autoridades, quienes le han prestado toda la colaboración para conseguir lo que le prometió a Bam Bam: justicia.
(*) El nombre de la principal involucrada fue cambiado para el resguardo de su integridad.
(**) El equipo de redacción de lapatilla.com se encuentra dispuesto a conversar con la contraparte de esta historia.