Las llamadas Brigadas Comunitarias-Militares para la Educación (Bricomiles), implementadas por la administración de Nicolás Maduro para recuperar los centros educativos, han resultado infructuosas en el occidente de Carabobo, en donde ya casi a mitad de año escolar, aún hay escuelas que siguen con trabajos a medias.
Por Corresponsalía
Estas Bricomiles, conformadas por miembros de la comunidad, militantes de la tolda chavista y efectivos castrenses, no han podido dar la talla y lograr recuperar los espacios de educación en donde iniciaron trabajos de rehabilitación. Tal es el caso de Bejuma en donde hay tres instituciones, cuyas labores quedaron a medias.
Una de ellas es la Escuela Miguel Marín, una de las más emblemáticas del municipio en donde funciona la Junta Municipal Electoral. A esta institución, en la que estudian más de 150 niños de primero a sexto grado, debían ponerle manto asfáltico al techo, además de reparaciones varias de albañilería y plomería, los trabajos iniciaron con mano de obra comunitaria la cual fue mermando al punto de ser casi nula y no lograr los objetivos.
La situación se repite en la escuela Pimentel Coronel y La Belén de Canoabo, en donde deben cambiar techado, paredes, hacer mantenimiento y pintura. En estos planteles los trabajos están a medias, incluso hay unos que los representantes no creen que se pueda terminar este año escolar, “los niños seguirán viendo clases a distancia por lo visto”, expresaron padres y representantes de los estudiantes de La Belén.
Un fracaso
Fuentes extraoficiales que estuvieron prestando apoyo en estas brigadas, explicaron que las Bricomiles no son más que un nuevo fracaso del Gobierno de Maduro, creado para ahorrarse lo más caro en materia de rehabilitación de infraestructuras, la mano de obra.
“Bajaron el material y pusieron a la misma comunidad a buscar quién les hicieran los trabajos sin cobrar un bolívar, evidentemente esto quizá iba a funcionar en lugares donde solo se requería trabajos menores, pero en este momento país nadie trabaja por amor al arte, la gente tiene necesidad y por más voluntad que tenga de ayudar, la gente necesita generar ingresos”, expresaron.
Refirieron que aunado a esto, algunas obras, las cuales son ejecutadas a través de Fundación de Edificaciones y Dotaciones Educativas (FEDE), ni siquiera reciben supervisión constante de un ingeniero, lo que ha derivado en trabajos de mala calidad.
“Cuando no se le paga a alguien por lo que hace, no estás en posición de exigir, entonces esto se vuelve en contra y ves gente trabajando como y cuando quieren y pueden”, indicaron los entrevistados.
“Ahora el gobierno anuncia que reparará las universidades cuando ni siquiera ha podido terminar con las escuelas y ya se está terminando el segundo momento o lapso escolar”, refirieron.
Es de resaltar que los más de 300 niños que estudian en el Miguel Marín y La Belén llevan recibiendo clases a distancias, desde que inició el año escolar 2022-2023, mientras que los 196 de la escuela Pimentel Coronel estudiaban en espacios prestados, hasta antes del 9 de enero cuando iniciaron las protestas del gremio educativo.
Ante esta situación, padres y representantes han pedido a través de todos los medios que sean culminadas las obras que se realizan en estas instituciones educativas y garantizar así el derecho a la educación a estos escolares.