Día Mundial de la Esterilización de animales de compañía: cuatro creencias sobre la castración y por qué son falsas

Día Mundial de la Esterilización de animales de compañía: cuatro creencias sobre la castración y por qué son falsas

La castración temprana en la hembra canina no solo no hace que la perra engorde, si la cuidamos adecuadamente, sino que evita casi en un 100% los tumores mamarios

 

 

 

A veces los mitos populares pueden más que la verdad comprobada por los expertos. Por qué esta práctica es ética y evita el maltrato y el abandono.

Por infobae.com

El último martes de febrero se celebra el Día Mundial de la Esterilización Animal, un día que fue proclamado por la Human Society Veterinary Medical Association en el año 1995, con el objetivo de aumentar la conciencia sobre la necesidad de castrar, para salvar vidas de animales y evitarles sufrimientos innecesarios.

A pesar de la incansable militancia sobre este tema de las ONG y estados municipales, provinciales y nacionales, persisten creencias insólitas y falaces que atentan contra los resultados de políticas públicas de resultados indiscutibles.

Mitos sobre la esterilización

1- “La castración engorda”

2- “La castración hace que los animales sean menos guardianes”

3- “Si yo tuve hijos, mis perros y mis gatos también tienen que tener. ¡Es injusto!”

4- “Castrarlos es mutilarlos. Hay que dejarlos como vienen al mundo”

Antes de ir de lleno a estos mitos y refutarlos es importante hacer una introducción al tema de la castración de los animales de compañía, o sea al control ético de la población de perros y gatos. En el mundo hay mayor número de animales de compañía, liderados por el perro, que los que los seres humanos son capaces de atender económica y afectivamente.

Un perro o un gato necesita de nuestros recursos para su atención primaria, su alimentación y sus necesidades básicas

 

Hay una tendencia muy marcada a desentenderse del tema, pero los seres humanos somos los tutores responsables de los animales de compañía y lo que hagan nuestros animales pesará siempre sobre nuestras espaldas.

Mucha gente no castra a sus animales porque dice “pobrecitos, mejor que tenga una cría…” (Mito inciso “3”) o porque considera que hacerlo es mutilarlos (Mito inciso “4”) o porque engordan después (Mito inciso “1”) o tal vez porque dejan de ser guardianes (Mito inciso “2”).

De esa manera se incrementa el triste espectáculo de la peor forma de maltrato: el abandono, ya que los cachorros que llegan al mundo completan el círculo vicioso de la pretendida libertad que roza el trato desconsiderado y les asegura casi siempre una vida infeliz.

La castración es una cirugía segura y que garantiza que no habrá abandono de cachorros no deseados en el futuro ni superpoblación desmesurada imposible de controlar en cuanto al cumplimiento de las condiciones de bienestar animal

 

 

La castración temprana en la hembra canina no solo no hace que la perra engorde, si la cuidamos adecuadamente, sino que evita casi en un 100% los tumores mamarios. Entonces si la queremos tanto por que no la castramos evitando enfermedades de consecuencias fatales.

Un perro o un gato necesita de nuestros recursos para su atención primaria, su alimentación y sus necesidades básicas. Además y sobre todo necesita de nuestro tiempo. Es un espectáculo habitual en muchos países, entre ellos Argentina, encontrar una enorme cantidad de perros o gatos en situación de calle pero vinculados con un hogar o sea perros o gatos semi domiciliados. ¿Están abandonados? No, nada más alejado de la realidad. Son las víctimas de la displicencia y la irresponsabilidad humana. Están semi domiciliados. Es decir es aquel perro que sale a la mañana y toma como su territorio a un barrio o a un vecindario.

“Si yo tuve hijos mis perros o mis gatos también tienen que tener. ¡Es injusto que así no sea!” FALSO, ya que somos responsables del destino de nuestros animales y de su eventual reproducción por las consecuencias individuales y sociales que ello provoque

 

 

Allí, sin la mirada cercana de su dueño, correrá feliz y claramente inconsciente de que su materia fecal podría ser la causa de trasmisión de enfermedades, de resbalones y de falta de higiene urbana. Tampoco entenderá que cruzar una calle será tan peligroso para sí como para terceros. Muy poco entenderá de los probables accidentes de tránsito que el abandono parcial por parte de su humano irresponsable ha generado. No sabrá de las peleas que tendrá que sostener por el territorio y la jerarquía a espaldas de su dueño irresponsable.

Si a ello le sumamos la acción del Cupido de los perros y de los gatos, que existe en la forma del celo de las hembras, y que como los testículos y los ovarios acompañan a estos animales vagabundos a la fuerza aparecerán meses después cachorros indeseados que multiplicarán en forma exponencial los daños comunitarios que sin comerla ni beberla y sin la más mínima responsabilidad animal ocurren.

Rompamos los mitos y seamos responsables

1) “La castración engorda” FALSO. No lo hace si sostenemos la cantidad y calidad de comida necesaria para la edad y tipo de perro y si mantenemos el nivel de ejercicio adecuado.

La reproducción descontrolada de la fauna urbana acarrea problemas socioambientales y de maltrato animal

 

 

2) “La castración hace que los animales sean menos guardianes”. FALSO. El instinto de guardia, la defensa del territorio, no está localizada en los testículos si no en las pautas genéticas de comportamiento.

3) “Si yo tuve hijos mis perros o mis gatos también tienen que tener. ¡Es injusto que así no sea!” FALSO, ya que somos responsables del destino de nuestros animales y de su eventual reproducción por las consecuencias individuales y sociales que ello provoque

4) “Castrarlos es mutilarlos. Hay que dejarlos como vienen al mundo”. FALSO. La castración es una cirugía segura y que garantiza que no habrá abandono de cachorros no deseados en el futuro ni superpoblación desmesurada imposible de controlar en cuanto al cumplimiento de las condiciones de bienestar animal.

No debemos humanizar a nuestros perros ya que somos responsables de lo que les pase a ellos y a raíz de todo eso lo que ocurra en nuestro entorno.

No esterilizar a los animales de compañía incrementa el triste espectáculo de la peor forma de maltrato: el abandono, ya que los cachorros que llegan al mundo completan el círculo vicioso de la pretendida libertad que roza el trato desconsiderado y les asegura casi siempre una vida infeliz

 

 

La reproducción descontrolada de la fauna urbana (nuestros perros y nuestros gatos) es la responsable de muchísimos problemas socioambientales y de maltrato animal y se soluciona con el control ético a través de la castración masiva, la educación y el subsecuente cambio actitudinal de toda la sociedad con respecto a la responsabilidad sobre nuestros animales de compañía.

*El Prof. Dr. Juan Enrique Romero @drromerook es médico veterinario. Especialista en Educación Universitaria. Magister en Psicoinmunoneuroendocrinología. Ex Director del Hospital Escuela de Animales Pequeños (UNLPam). Docente Universitario en varias universidades argentinas. Disertante internacional.

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