La amenaza de un paro armado, entre el 10 y el 12 de febrero, en el Oriente antioqueño, prendió las alarmas de las autoridades en la región. Días antes empezaron a llegar mensajes intimidatorios vía WhastApp a comerciantes y transportadores de los municipios de Nariño y Argelia.
Por eltiempo.com
“Buenas tardes para todos, en general desde hoy a las 6 pm empieza el paro. No queremos ver a nadie en las vías ni en las calle, no nos hacemos responsables. Todo aquel que no cumpla será declarado objetivo militar, todo estará cerrado, cualquier tipo de negocio. ATT Camilo”, se leía en los mensajes.
‘Camilo’ se presenta como jefe de un grupo delincuencial organizado (GDO) que se autodenomina ‘clan de Oriente’, red que desde hace unos seis meses ha venido haciendo presencia en el suroriente antioqueño, en límites con Caldas, a través de extorsiones y la ejecución de homicidios selectivos.
Esas amenazas que generaron zozobra en la comunidad y que llevaron a que las autoridades trasladaran uniformados de inteligencia a la zona pusieron de nuevo en el radar de la Fuerza Pública a ‘Terror’, un exparamilitar miembro del ‘Clan’ de Ramón Isaza, ‘el Viejo’, quien fue el máximo excomandante de las Autodefensas Campesinas del Magdalena Medio.
Oliverio Isaza, quien en las Autodefensas era conocido como ‘Terror’, se desmovilizó junto al ‘Viejo’ en 2006 y se sometió a la ley de Justicia y Paz, en donde fue condenado a la pena alternativa de 8 años de prisión e incluso hoy sigue compareciendo a las citaciones de los magistrados de la Sala de Justicia y Paz del Tribunal Superior de Bogotá.
En la justicia transicional fue sindicado de al menos 200 delitos y en su momento se hizo famoso porque propuso que iba a reparar a sus víctimas con canciones que grabó en su sitio de reclusión, a donde ingresaba equipos para filmar sus videos.
Además, sacó un calendario que era regalado a la entrada de la cárcel y se veía posando en cada mes con distinta ropa y fondo.
De hecho, al expara, como parte de las decisiones de Justicia y Paz, se le ordenó el embargo de la mitad de las utilidades que generaran sus corridos para que esa plata fuera a la reparación de las víctimas del grupo liderado por su padre.
A extinción de dominio bienes de ‘Terror’
Aunque supuestamente no tenía dinero para reparar a las víctimas, en agosto del año pasado la Fiscalía incautó con fines de extinción de dominio 65 bienes avaluados en 50.000 millones de pesos que serían del exparamilitar.
“La investigación permitió establecer que como dueños de los predios figuran familiares cercanos de Oliverio Isaza y terceros que no registran soportes contables o financieros que permitan demostrar el origen de los recursos con los que fueron adquiridos. Estas personas habrían prestado sus nombres para evadir la acción que sobre los activos pudieran ejercer las autoridades”, señaló la Fiscalía en su momento.
Las amenazas registradas en Antioquia a comienzos de mes fueron tan complejas que en su momento los 23 alcaldes del Oriente antioqueño le enviaron una carta al ministro de la Defensa, Iván Velásquez, en la que le expresaban su preocupación y le pedían el desarrollo de un consejo de seguridad para analizar el tema. La Fuerza Pública se volcó a la subregión, pero pudo más el temor de los habitantes de los municipios de la zona y el comercio y las calles de estas poblaciones estuvieron desoladas.
Las autoridades se pusieron a la tarea entonces de identificar a los jefes del ‘clan de Oriente’ y lograr su judicialización, y los grupos de inteligencia, con manejo de fuentes humanas y medios técnicos, perfilaron a quienes serían los jefes de ese grupo organizado.
Los ubican en zonas que convergen entre Antioquia y Caldas (Riosucio, Supía, Marmato, Pacora, Aguadas, Pensilvania, Samaná, Norcasia y La Dorada), de hecho, establecieron que esa red criminal cuenta con cerca de 32 hombres en armas, “sus integrantes portan uniformes de uso privativo de las Fuerzas Militares y armas largas (fusiles) para generar impacto e intimidar a la población civil”, se lee en un informe al que tuvo acceso EL TIEMPO.
En el informe las agencias concluyen que su máximo jefe sería ‘Terror’ y ahora se trabaja en lograr su judicialización.
“Se está recopilando todo el material probatorio para expedir una orden de captura contra ‘Terror’, pero en la región se sabe por parte de Ejército y Policía que él sigue delinquiendo”, aseguró a este diario uno de los investigadores frente al proceso, quien añadió que al grupo inicialmente lo llamaron ‘clan Isaza’.
El llevar el nombre de ‘clan de Oriente’ es una chapa para tratar de emular cercanía al ‘clan del Golfo’ y lograr mayor intimidación ante la población civil, señaló la fuente.
En el informe se indica además que el segundo al mando del ‘clan de Oriente’ es alias El Negro, en Sonsón estaría alias Manigueto, y en La Danta (Caldas), los alias de Azulejo y ‘Cachetes’.
El caso de ‘Botalón’
‘Terror’ no es el único de los excombatientes que ha sido señalado por las autoridades de incumplir sus compromisos con la desmovilización. En marzo de 2017 fue capturado el exparamilitar Arnubio Triana Mahecha, alias Botalón, quien se convirtió en el primer exjefe de las Autodefensas en volver a prisión por volver a delinquir.
Botalón fue vinculado a los delitos de homicidio y concierto para delinquir. La Policía encontró que ‘Botalón’ era el jefe de una red en Cimitarra, Santander, dedicada al microtráfico. El grupo lo conformaban 35 personas, de las cuales han sido capturadas 15.
El exparamilitar, de 53 años, fue jefe de 700 hombres que formaban parte de las autodefensas de Puerto Boyacá y que sembró el terror en el Magdalena medio. Fue cercano al también exjefe paramilitar Ramón Isaza, quien quedó libre en febrero de 2016.
En el proceso que llevaba ante Justicia y Paz fue condenado por 395 hechos delictivos, entre ellos 16 relacionados con violencia de género, 70 por reclutamiento ilícito de menores, 95 por desplazamiento forzado, 116 por desaparición forzada y 53 homicidios. Uno de los hechos más atroces que le fueron atribuidos fue la masacre de 14 campesinos, registrada el 13 de abril de 1987.