Desde INECO, advierten que este sistema de meditación está validado científicamente y sirve para regular el estrés y la ansiedad. Algunas claves para poder disfrutar de manera plena el presente
Diariamente las personas llevan a cabo diferentes actividades y responsabilidades sin darse cuenta de las consecuencias que les produce hacerlo. En muchas ocasiones, pueden generar estrés y/o ansiedad. Por esta razón, es necesario adquirir recursos que permitan conectarse con el momento presente para, de ese modo, reducir o modificar aquellos malestares nocivos para nuestra salud.
Por Infobae
El mindfulness es la práctica de la atención plena que permite enfocarse en el aquí y ahora. Se trata de un entrenamiento sistemático que involucra mente-cuerpo y que desarrolla una percepción cada vez más consciente y atenta, a través del cual las personas aprenden a reconocer sus pensamientos, creencias y sentimientos. Los profesionales coinciden en que a través del mindfulness no se busca aprender a controlar la mente sino a transformarla.
“La práctica del mindfulness tiene notables beneficios: permite que nos enfoquemos en el momento presente y conectemos con lo que estamos haciendo y con lo que está sucediendo a nuestro alrededor. Además, realizarla con frecuencia nos ayuda a regular las emociones”, expresó la licenciada María Cristina Díaz, especialista en mindfulness del Departamento de Psicoterapia de INECO y coordinadora del Taller de Iniciación al Mindfulness que brinda el instituto.
Ejercicios prácticos para respirar mejor y notar los cambios
1. Experimento de tres minutos
Ubicados, sentados en una silla, con la columna recta, con las tensiones necesarias sin forzar o tensionar dicha postura. Cerramos los ojos para hacer más profunda la respiración; comenzamos a tomar conciencia de nuestra respiración.
No intentamos controlarla o hacer una técnica de esta. Dejemos que se produzca cada inhalación y cada exhalación siendo testigos de cómo va cambiando momento a momento. Intenten quedarse allí con la respiración por unos minutos, descubriendo si se producen cambios en el ritmo, si es agitada o es calma o no cambia.
2. Respiración consciente
Ubicados desde la postura de acostado o sentados en una silla, vamos a sentir la postura elegida para ir acomodándonos en ella, e ir habitándola desde adentro hacia afuera. Poco a poco, vamos llevando la atención a la respiración, sintiendo el aire que entra y el aire que sale. Es probable que se produzca cierta tensión al inhalar y cierta relajación al exhalar.
Intenten identificar en qué zona pueden sentirla mejor. Quizás en las fosas nasales al ingresar un aire fresco al inhalar y un aire tibio al exhalar. Quizás en el tórax al elevarse cuando inhalamos y al descender cuando exhalamos o quizás en el abdomen que se infla al inhalar y se desinfla al exhalar.
Lleven la atención a la zona donde puedan sentir mejor las sensaciones que van surgiendo momento a momento al inhalar y al exhalar. Intenten quedarse allí con la respiración por unos minutos, descubriendo si se producen cambios en el ritmo, si es agitada o es calma o no cambia. Cuando sientan que es momento, comienzan a abrir los ojos para conectarse con el lugar donde se encuentran.
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