El jefe de la diplomacia de Estados Unidos, Antony Blinken, urgió a su homólogo ruso, Serguéi Lavrov, poner fin a la guerra en Ucrania, en un breve encuentro al margen del G20, el primero cara a cara entre los dos responsables desde el inicio de la invasión.
Blinken y Lavrov hablaron al margen de una cumbre de los ministros de Relaciones Exteriores de las 20 mayores economías mundiales, que terminó sin una declaración conjunta por las objeciones de Moscú y Pekín.
“Le dije al ministro (ruso) de Relaciones Exteriores lo que yo y tantos otros hemos dicho la semana pasada en la ONU y lo que tantos ministros de Exteriores dijeron hoy en el G20: ponga fin a esta guerra de agresión, comprométase con una diplomacia que pueda producir una paz justa y duradera”, dijo Blinken a los periodistas.
Su anterior reunión cara a cara tuvo lugar en enero de 2022, unas semanas antes de que Moscú lanzará su ofensiva en Ucrania el 24 de febrero. Desde entonces, hablaron por teléfono en varias ocasiones, pero sobre otros temas.
El encuentro duró menos de 10 minutos, según un responsable estadounidense que requirió el anonimato.
La portavoz de la diplomacia rusa, María Zajarova, intentó minimizar el encuentro y dijo a la agencia de noticias RIA Novosti que fue Blinken quien lo inició y que fue breve.
Lavrov “habló con él, de pie, como parte de la segunda sesión del G20”, precisó. “No hubo discusión o un verdadero encuentro.”
Sin declaración conjunta
La cumbre de los cancilleres terminó sin una declaración conjunta de todos sus miembros.
Ante sus homólogos del G20, el jefe de la diplomacia rusa fustigó “el comportamiento obsceno de una serie de delegaciones occidentales, que transformaron el trabajo en la agenda del G20 en una farsa”, según la agencia de noticias rusa TASS.
Las discusiones sobre la declaración final del grupo de grandes economías desarrolladas y emergentes no lograron llegar a buen puerto, debido a varias cuestiones, entre ellas la insistencia de Rusia en la investigación del sabotaje del gasoducto Nord Stream el año pasado, dijo Lavrov a la prensa.
Las potencias occidentales y Rusia se echan la culpa mútuamente sobre esas explosiones.
Un comunicado publicado al término del encuentro muestra que China se sumó a Rusia en el rechazo a apoyar la declaración conjunta del G20 que pide a Moscú que cese las hostilidades en Ucrania.
Ambos países fueron los únicos miembros del grupo que no estuvieron de acuerdo con la declaración que exige la “retirada completa e incondicional de Rusia del territorio de Ucrania”.
“Chantajes y amenazas”
Al margen del encuentro del G20, Lavrov también se reunió con el ministro de Relaciones Exteriores chino, Qin Gang, cuyo país mantiene estrechas relaciones con Moscú.
Qin y Lavrov “rechazaron unánimemente los intentos de injerencia en los asuntos internos de otros países, de imponer enfoques unilaterales mediante el chantaje y las amenazas”, informó la cancillería rusa en un comunicado.
India quería que su presidencia del G20 se centrara en temas como el alivio de la pobreza y el cambio climático, pero la guerra en Ucrania acabó dominando la cumbre.
En la reunión, Blinken exigió a Rusia renovar un acuerdo auspiciado por la ONU para permitir la exportación de granos ucranianos, el cual vence este mes.
“Es imperativo que el G20 se pronuncie sobre extender y expandir la iniciativa de granos para fortalecer la seguridad alimentaria de los más vulnerables”, declaró Blinken, según el texto de su intervención en el G20.
Al abrir la cumbre, el primer ministro indio, Narendra Modi, había llamado a superar sus diferencias en torno a Ucrania, y advirtió que la gobernanza mundial “ha fracasado”.
“La experiencia de los últimos años -crisis financiera, cambio climático, pandemia, terrorismo y guerras- claramente demuestra que la gobernanza global ha fracasado”, declaró Modi.
India no ha condenado la invasión a Ucrania, pero Modi dijo el año pasado al presidente ruso, Vladimir Putin, que “no es tiempo para una guerra”, una declaración considerada como una reprimenda a Moscú.
AFP