Empezaba el 1800 y Napoleón Bonaparte quería combatir la insalubridad de París. Su medida más radical fue sacar todos los cementerios de la ciudad y mandó construir cuatro en las afueras: Montmartre, Montparnasse, Passy y Père-Lachaise.
Por: Clarín
Este último es el que hoy nos interesa.
Las obras para su construcción empezaron en 1803 y un año después estaban terminadas. El cementerio era enorme y bellísimo, pero hubo un problema: los parisinos no querían ser enterrados fuera de la ciudad.
Recién empezó a ser apreciado cuando en 1817 fueron enterrados allí Abelardo y Eloísa, la pareja con la historia de amor tal vez más famosa de todos los tiempos en Francia. Pero eso es tema para otra nota.
Cuando los cuerpos de los amados, ocho siglos después de su muerte, fueron llevados a Père-Lachaise, todos los parisinos eligieron ser enterrados en ese lugar.
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