Cuando la venezolana Paulette Abdallah, de 30 años de edad, emigró a Argentina, las diferencias culturales y fenotípicas se hicieron tan evidentes para ella que entró en un proceso en el que, asegura, logró reconocer y aceptar su identidad.
Por Fabiana Rondón | Voz de América
“Estaba muy sola en Argentina y pues ellos fenotípicamente son muy distintos a mí, entonces se me acentuaron mucho más las diferencias culturales y los rasgos físicos, color de piel, cabello. En ese proceso me di cuenta que era negra y muy caribeña, también de las cosas que me hacían tan única y que me identificaban más como venezolana”, dijo la joven en entrevista con la Voz de América.
Un viaje posterior a Brasil acentuó en Abdallah el reconocimiento de su cultura y sintió la necesidad de que llegara a más personas el mensaje de que dejaran de esconder sus afros detrás de secadoras y tratamientos de cabello.
“El viaje a Brasil fue un balde de agua fría sobre diversidad. Ver a tanta gente con sus afros de manera tan natural me llamó tanto la atención. Los afros estaban hasta en las marcas de papitas ¡Qué nivel de representatividad! Si yo hubiera tenido eso me hubiera ahorrado complejos y sufrimiento”, detalla.
Fue así como en 2020 nació Rulos Venezuela. El proyecto inicialmente era apenas una cuenta de Instagram para educar sobre el tema, pero gracias a su expansión y receptividad se ha convertido en un movimiento para reivindicar a la comunidad afrodescendiente en Venezuela.
De Instagram a las costas venezolanas
Abdallah creó la cuenta de Rulos Venezuela cuando aún vivía en el exterior. Regresó a su país en medio de la pandemia del COVID-19 para visitar a su madre y enfocarse un poco más en la creación de contenido para su proyecto, pero desde entonces la respuesta fue tan positiva que no se volvió a ir. Actualmente su comunidad de seguidores en Instagram es de casi 25.000.
“Este proyecto ha calado mucho. Tengo una comunidad muy comprometida y activa, siempre dispuestos a participar en conversaciones. Era necesario el tema de la representatividad, que alguien despertara estas conversaciones en Venezuela. Me siento contenta con ese feedback, aunque por supuesto hay personas que mientras uno va visibilizando más estos temas delicados como el racismo y la discriminación, creen que esto es show e innecesario”, afirma.
Rulos Venezuela ahora ofrece sus servicios para cuidados del cabello y realiza conservatorios. Además, a través de su programa alterno Rulos Social, Abdallah dicta talleres sobre identidad cultural, amor propio, cuidado del cabello y atiende gratuitamente a decenas de niñas y adolescentes en jornadas que han llegado a zonas populares de Caracas como Catia y El Guarataro e incluso a las costas de La Guaira, en Todasana y Chuspa.
“Rulos Social nace de la necesidad de llevar todo este mensaje hacia otras zonas fuera de Caracas. Este proyecto se encarga de llevar un mensaje para reivindicar los rizos como parte de nuestra identidad. En las jornadas damos una charla de amor propio y les enseñamos sobre cuál es su tipo de cabello y lo hermoso que se puede ver cada tipo de cabello. Además que aprendan a manejarlo, porque cada uno se maneja diferente y lo están tratando como si fuera otro tipo de cabello. Cerramos con la jornada de estilismo que se hace de manera gratuita a las personas de la comunidad”, comenta Paulette Abdallah, quien resalta que las actividades se realizan sin el apoyo de ninguna institución, solo con mujeres voluntarias.
Un movimiento que también busca visibilizar el racismo
Para la joven Abdallah, en Venezuela existe un alto nivel de racismo, especialmente de racismo implícito, el cual queda expuesto en la sociedad por medio de comentarios cotidianos. Por ejemplo, el de “vas a mejorar la raza” , haciendo alusión a cuando una persona afrodescendiente se empareja con alguien de piel clara.
También menciona algunas personas que son “completamente racistas” y desprecian a la comunidad afrodescendiente, al punto de relacionarla con todo lo negativo.
“Hay racismo en Venezuela. Nosotros conocemos el racismo de Estados Unidos o África, entonces comparándonos con esas historias, decimos que no llegamos a ese punto, pero acá sí hay racismo. Nos escondemos detrás del mestizaje y disfrazamos de clasismo la discriminación por color de piel o rasgos de cabellos característicos de las personas negras, y además predominantes de este país porque este país es afrodescendiente. El simple hecho de que la mayoría de la población no se considere afrodescendiente habla de cómo ocultamos, negamos o desconocemos por completo nuestra propia identidad”, sentencia.
Este tipo de situaciones, de acuerdo con Paulette Abdallah, son las que dan lugar a que las personas afrodescendientes quieran ocultar su identidad.
“Asumir que cuando tienes un evento importante lo que debes hacer para verte elegante es secarte el cabello… allí estás negando tu identidad y estás asumiendo que la belleza es muy distinta a ti” agrega.
Todas estas conductas son las que han impulsado que el proyecto Rulos Venezuela continúe evolucionando y haga énfasis en las charlas, para lograr generar un cambio positivo en esta comunidad, especialmente en los niños y adolescentes afrodescendientes, quienes pueden estar sufriendo discriminación.
“Lo que podemos hacer es evitar que los niños y adolescentes pasen por lo que nosotros pasamos y que ese racismo implícito no se quede tan en silencio e identificar lo que sucede. Es importante que el mensaje llegue para que no sigamos criando mujeres acomplejadas , hombres frustrados, con baja autoestima, que no se sienten suficientemente presentables y se van poniendo límites. Lo más importante para mí es erradicar eso”, dice.
Abdallah planea continuar trabajando en su proyecto y su meta próxima es lograr que este movimiento tenga una sede donde realizar los conservatorios, ofrecer productos adecuados para el cabello y dictar las clases sobre cómo arreglarlo. Además, la venezolana aspira a poder llegar con sus talleres a todo el país, hacer turismo social para reivindicar a su comunidad. Todo esto, confiesa, espera hacerlo en la medida en que los recursos se lo permitan porque no cuenta con apoyo de ninguna institución.
“Me gustaría formalizar este proyecto como fundación y recibir por supuesto ayuda para poder llegar a más porque hacerlo sola se me ha hecho difícil y han sido millones de veces las que he pensado en dejarlo todo, pero bueno siempre consigo palabras de aliento o una persona motivada que me dice que siga. Así que van apareciendo las oportunidades porque Rulos Venezuela quiere existir y está buscando la forma de hacerlo, así que el cielo es el límite”, concluyó.