California se ha enfrentado este invierno a una avalancha de potentes tormentas fluviales atmosféricas, que han provocado un récord de nieve acumulada, embalses casi llenos y cuencas hidrográficas desbordadas.
Por CNN
El año pasado por estas fechas, toda California estaba sumida en la sequía. Sin embargo, según el último Monitor de Sequía de EE.UU. publicado este jueves por la mañana, poco más de un tercio de California permanece en algún nivel de sequía –la cantidad más baja desde que comenzó la sequía– con sequía severa que sólo cubre el 8% del estado.
En los últimos tres años, el estado ha necesitado desesperadamente algo de lluvia y nieve. Hace apenas un mes, más de 33 millones de personas en California, incluidas las principales áreas metropolitanas de Los Ángeles, San Francisco y San Diego, se enfrentaban a una sequía implacable. Años de tendencias desfavorables en las precipitaciones y olas de calor más intensas han contribuido directamente a la prolongada e histórica megasequía del estado, que ha desencadenado una grave escasez de agua.
Ahora, esa cifra se ha reducido drásticamente, y 4,6 millones de personas siguen afrontando condiciones de sequía.
El manto de nieve, que sirve de reserva natural que alivia la sequía, ha alcanzado en gran medida un récord histórico. Los mayores embalses del estado, que hace poco estaban en niveles críticamente bajos, se han repuesto y están muy por encima de sus medias históricas. Las reservas de aguas subterráneas, sin embargo, siguen teniendo dificultades para recuperarse, incluso con toda la lluvia.
“La buena noticia es que el invierno húmedo ha aliviado notablemente la sequía”, declaró Jon Gottschalck, del Centro de Predicción Climática de la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica, en una rueda de prensa celebrada la semana pasada. “Se espera que la sequía mejore aún más o desaparezca por completo en gran parte de California”.
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