El 20 de marzo de 1976, nació en el estado de Arizona Chester Charles Bennington, quien unos años después se convertiría en uno de los cantantes de rock más talentosos y respetados de toda la historia dentro del género. Su voz era reconocida por estar llena de melodía y sentimiento, pero además, Bennington tenía la capacidad de desgarrar su voz y transmitir ira y mucho dolor. Jared Leto, vocalista de 30 Seconds To Mars, describió en su momento la voz de Chester de esta forma:
Por Infobae
«Son el ángel y el demonio, sentados en ambos hombros. Podías sentir la tensión entre los dos cuando cantaba, y creo que la razón por la que tanta gente se conectó con su música fue por el equilibrio que logró entre los ambos».
Su talento no tardó en reconocerse, pues para el año 2000, cuando Chester tenía apenas 24 años, llegó al mercado Hybrid Theory, álbum debut con su banda Linkin Park. El álbum fue un rotundo éxito desde su salida y es considerado hasta el día de hoy uno de los mejores debuts en la historia de la música, poniéndolo a la par de otras producciones de la talla de Appetite for Destruction de Guns N’ Roses. El disco destacó gracias a un sonido único donde ritmos de rap a cargo de Mike Shinoda se conjugaban con la desgarradora voz de Chester, pero además, con crudas letras que, en retrospectiva, fueron pistas de la profunda depresión en la que el prodigioso vocalista estuvo sumido desde sus primeros años.
Sí, Linkin Park se convirtió en un fenómeno global con siete álbumes de estudio que complacieron tanto a críticos como a fanáticos, sin embargo, todo este éxito no fue suficiente para que Chester estuviera en paz con sus demonios. Para entender la mente de este artista, es importante transportarse a su infancia, pues desde la edad de siete años, fue víctima de abuso sexual por parte de un amigo suyo. Chester calló por miedo y vergüenza, por lo que este abuso continuó hasta que el músico tuvo 13 años.
Así lo relató en 2008 durante una entrevista para la revista Kerrang!:
“¡Me pegaba y me obligaba a hacer cosas que no quería. Destruyó mi confianza en mí mismo… Tenía demasiado miedo para decir algo. No quería que la gente pensara que era gay o que mentía. Fue una experiencia horrible. Las agresiones sexuales continuaron hasta los 13 años”.
Bennington confesó que fue este lamentable suceso y las consecuencias en su estado mental, lo que lo llevaron a refugiarse en todo tipo de drogas; alcohol, marihuana, speed, opio y ácidos, fueron parte de la dieta diaria del músico durante muchos años. Como el artista que fue, todo este sufrimiento se trasladó a su música; desde su época en Grey Daze, Chester ya compartía su dolor en las letras de sus canciones. Sean Dowdell, amigo de Chester desde su adolescencia y con quien le dio vida y forma a Grey Daze, confesó que no se había dado cuenta de todo lo que aquejaba al vocalista, pues a pesar de relatar todos estos sentimientos en sus letras, Sean creyó que Chester solo trataba de emular el sonido del grunge, que en ese entonces estaba en su pleno apogeo.
“No me había dado cuenta de la oscuridad que desprendían las letras (…) Cuando falleció y volvimos a escuchar las letras, pensamos: ‘Dios mío, creo que se disculpó por todo esto 20 años antes de que ocurriera algo trágico…’ No era un tipo oscuro; nunca lo vi deprimido ni hablando de nada deprimente. Como mucha gente, luchaba contra sus demonios casi siempre solo”, declaró Sean en una entrevista.
Chester continuaba creciendo; todos a su alrededor vieron un enorme potencial en él desde joven, no veían una mente torturada, veían a un chico con muchísimo talento y ganas de comerse al mundo, con toda la actitud para convertirse en una auténtica estrella de rock. A todos los que se les ha preguntado sobre Chester, lo definen como una persona divertida, que nunca paraba de hablar, que siempre sobresalía en el grupo, sin embargo y a pesar de los millones de seguidores que se identificaron con su trabajo ya como frontman en Linkin Park, Chester continuaba roto.
Su lucha interna se puede ver reflejada en temas como Crawling, uno de los más icónicos de Linkin Park y donde Chester canta con más libertad sobre los sentimientos que lo carcomían día y noche. “Me he sentido así antes/Tan inseguro/Arrastrándose en mi piel/Estas heridas, no sanarán/El miedo es mi forma de caer”. Estas palabras son entonadas con desesperación por Bennington en esta canción que es parte de su primer álbum, sin embargo, las cosas no mejoraron con el tiempo.
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