Jacob es el nombre de un perro que conmovió por su desesperación al intentar escarbar en un gigantesco alud de tierra que la noche del domingo arrasó con un barrio de la ciudad de Alausí, en el centro de los Andes de Ecuador, con el instinto de encontrar a su familia sepultada por el deslizamiento.
El labrador se salvó de ser engullido por el corrimiento de tierra, pero parte de su familia humana no lo logró, por eso no abandona el lugar. Olfatea y escarba, solloza y espera a que alguien le devuelva a los suyos.
Vicky Lalón es novia de Daniel, el intermedio de la familia Pérez-Morocho, a la que busca Jacob con desesperación, pero ella y su novio se salvaron debido a que momentos antes de la tragedia salieron de la casa de él para ir a la suya a recoger ropa.
Ella cuenta que Jacob era el más grande de tres perros que tenían y que también gozaban de la compañía de tres gatos. La más grande de las mascotas era la que acompañaba siempre a los recorridos de la familia, atento a las órdenes y listo para protegerlos.
Más que juguetón, atento y sagaz. Ahora “huele su casita y empieza a escarbar, por eso los rescatistas cavaron en el lugar, pero no lograron encontrar nada, pues al parecer se necesita maquinaria para desalojar la cantidad de tierra” que cayó sobre las viviendas del barrio, comentó a EFE Lalón.
Jacob “camina por ahí, se distrae un poco pero vuelve… Está buscando su hogar”, como muchas otras personas que claman por más ayuda para que se intente rescatar a las víctimas. “Podrían estar vivos”, dijo Vicky esperanzada.
Tampoco “se sabe a ciencia cierta cuántas personas se encontraban en sus viviendas a la hora del deslizamiento, pues la población conocía sobre los agrietamientos de la montaña y ya se había dado aviso a las autoridades” en diciembre pasado, recordó Lalón.
Incluso señaló que hace unos diez días los habitantes de esta pequeña ciudad efectuaron una marcha de protesta para exigir a las autoridades que tomaran “cartas en el asunto”.
Por ello, Lalón dijo creer que algunas personas si evacuaron a tiempo y que muchas otras familias del barrio recogían pertenencias para salir de la zona “por miedo, mas no porque las autoridades hayan avisado”.
De la familia de su novio “se fueron cinco” con el deslizamiento de tierra, “solo dos se salvaron”, uno de ellos su novio que fue con ella por ropa para evacuar el lugar.
“Se fueron familias, camiones, camionetas, viviendas” y por eso se requiere maquinaria para intentar salvar a los que más se pueda, repitió con esperanza.
La llegada de ayuda es urgente, porque otro barrio vecino, el San Cristóbal, podría correr la misma suerte si se desprendiera otra de las laderas.
Y es que la esperanza es lo que motiva a la comunidad de Alausí, que vio como rescataron de entre los escombros a una persona e incluso a un perrito que, como Jacob, espera ver a su familia.
Según unos primeros informes oficiales, al menos 16 personas han fallecido, otras dieciséis han resultado heridas, medio millar afectada, 22 damnificadas y 163 viviendas impactadas por el alud.
EFE