Una de las tradiciones más arraigadas durante la Semana Mayor es el consumo de pescado fresco o seco para cumplir con el ritual de no comer carnes rojas.
Por Jesús Quintero
Y es que la cultura cristiana establece que al evitar las carnes rojas y comer pescado, se honra la muerte de Jesús, quien entregó su vida para salvar a la humanidad del pecado.
En el área de pescadería del mercado municipal Jacinto Plaza, los precios son más baratos y por tradición muchas familias acuden a este emblemático lugar para comprar sus pescados durante las festividades de la Semana Santa.
Sin embargo, los costos del pescado no son tan accesibles y para muchas personas representan una costumbre religiosa costosa, que pocos se pueden dar durante esta época del año.
Haciendo un recorrido por varios puntos de venta informales de pescado, los precios dependiendo del tipo de especie se sitúan entre 120 bolívares y 200 bolívares por kilo.
Más de 5 dólares debe disponer un merideño que desee preparar y comerse al menos un kilo de pescado.
Ni siquiera el bono de alimentación es suficiente para cumplir con la tradición de la Semana Santa.
Otras familias optan por especies del mar más económicas y las acompañan con guisos bien preparados con vegetales y otros ingredientes.
También hay hogares donde optan por preparar platos con arvejas o lentejas, ante la imposibilidad de costear los precios del pescado.