Gerardo Lucas: Venezuela empresarial, de río caudaloso a charco

Gerardo Lucas: Venezuela empresarial, de río caudaloso a charco

La estadística se rige por la llamada ciencia de los grandes números. Uno puede hacer muestras estadísticas del mar, lagunas y ríos, pero es muy difícil hacerlas en charcos. Eso es lo que está pasando con la medición de la economía en Venezuela, donde pasamos de ser un caudaloso río a ser, menos que una quebrada, un charco.

El público lector de estadísticas económicas tiene que estar atento al problema que afrontan nuestros colegas economistas al momento de diseñar muestras de universos desconocidos, y en muchos casos, muy pequeños. Daremos tres ejemplos de ello tomando la informacion de las encuestas que fueron publicadas en las últimas semanas.

La primera, la realizó la Universidad Católica Andrés Bello extensión Guayana, conjuntamente con el Centro de Estudios Regionales e Ingeolam, Delfos Ca y la Fundación Conrad Adenhauer. El estudio ECOIN, se concentró en estudiar un conjunto de unidades industriales, comerciales y de servicios, concretamente identificando 200 empresas en Ciudad Bolívar y 200 en Ciudad Guayana. La selección se hizo sobre un plano geográfico interactivo, escogiendo las empresas por zonas de forma aleatoria. De acuerdo con esta encuesta, los establecimientos más comunes fueron: las bodegas, abastos, restaurantes, loncherías, panaderías, licorerías, y quioscos. Los resultados mostraron que el número promedio de empleados por empresa era de 3,3 personas, con un salario que oscila en alrededor de 50,2 dólares mensuales, y concluye que la mayoría de las empresas solo trabajan medio día. Los datos arrojados son aterradores; solo encontramos las llamadas técnicamente microempresas, que son las que tienen menos de cinco trabajadores, y para colmo la mayoría trabaja medio tiempo. Al final, nos preguntamos, ¿estas son empresas?, ¿quedan en Guayana empresas de alguna significación?, ¿Es esta una muestra representativa? 





La segunda, es la Encuesta Empresarial 2020 realizada por el IESA y el Banco Interamericano de Desarrollo (BID). La anterior realizada entre 2019 y 2020, contó con “la participación de 263 establecimientos representativos de la economía privada formal (registradas) del país”. En este caso, la “muestra” fue conformada por empresas importantes de 44 asociaciones empresariales adscritas a los organismos gremiales más importantes de país. Ellos nos describen el viacrucis para la obtención de información. De 10.000 compañías inscritas en las Cámaras en el 2006, quedaban solo 4.849 en el 2020. Seleccionaron 2.849 empresas para la encuesta. De ellas, 931 no pudieron ser contactadas a pesar de los múltiples esfuerzos; 926 explícitamente indicaron que no colaborarían; 577 habían cerrado operaciones; 114 estaban afectados por el Covid; 38 estaban bajo algún tipo de control del gobierno, quedando 263 empresas, el 9,2%, que si respondieron. En resumen, la muestra se hizo con las que se pudieron conseguir. De ellas el 30% de la muestra resulto ser de Manufactura, porcentaje que no puede ser una muestra representativa del Universo o Totalidad, en un país, que, en su mejor momento, llegó a representar el 18% del Producto Interno Bruto. La situación de la industria es tan critica que en la Encuesta sobre Condiciones de Vida de la UCAB solo el 2,5% de las personas activas dicen trabajar en la manufactura.

La tercera, es la Encuesta de Coyuntura Industrial de Conindustria, para el IV Trimestre de 2022, que se viene realizando ininterrumpidamente desde 1994. Se hizo un levantamiento en base a 152 empresas que respondieron. La encuesta es intrínsicamente robusta, y ha mejorado su espectro, sin embargo, sus resultados tienen que tomarse como “indicativos”. El problema radica, al igual que las encuestas anteriormente descritas, en que no sabemos a cuál universo se aplica. ¿Qué significa que su salario promedio sea de 170 dólares por trabajador si no sabemos a cuántos trabajadores se refiere? o ¿Cuántos cargos nuevos se crean por cada uno porciento de incremento del índice de empleo? Y así sucesivamente.

Como hemos visto, hacer encuestas sobre las empresas venezolanas es como tomar muestras en un conjunto de charcos, con el grave problema de que no conocemos el tamaño del lodazal. Sugeriríamos a la comunidad profesional, institucional, nacional e internacional, que dediquen recursos a levantar los Directorios Sectoriales y regionales de Empresas, como prioridad, para luego hacer encuestas que arrojen resultados significativos.

Economista/ Master en Finanzas/Historiador. https://gerardolucas.wordpress.com/