Como si se tratara de un castillo de naipes, y en un mes, las aerolíneas Viva Air y Ultra Air cesaron operaciones en Colombia. Por delante no solo se llevaron a millones de pasajeros y empleados, sino también al sector hotelero y todo el engranaje turístico que se preparaba para el receso más largo de este semestre: la Semana Santa.
Por: Semana
Como si fuera poco, las dos compañías vendieron cerca de un millón y medio de tiquetes, pese a que sabían que sus aviones se quedarían en tierra de manera inminente. La pregunta que se hacen todos los ciudadanos es quiénes son los responsables de este descalabro. Las cabezas más visibles son William Shaw, CEO de Ultra Air; David Bojanini, presidente de la junta de Ultra Air, y Francisco Lalinde, presidente de Viva.
El ministro de Transporte, Guillermo Reyes, fue contundente: “Al quitarles la plata así a los colombianos se configura un delito. Estamos con el equipo económico del Ministerio de Transporte evaluando todos los temas de la posible configuración de un delito de estafa”. Sobre quiénes tendrían que responder por ese posible delito, en el caso de Ultra, el ministro contestó: “El presidente de la junta, David Bojanini, todos sus miembros, además del presidente de Ultra, William Shaw”. En el caso de Viva, Reyes dijo que Lalinde deberá responder.
La crisis ha impactado de manera grave a los colombianos. Por ejemplo, Pedro Vergara adquirió en Ultra Air, el pasado 10 de enero, cuatro tiquetes para él y su familia, con destino a San Andrés en Semana Santa. La idea era disfrutar de la temporada vacacional. Sin embargo, apenas unos días antes de cumplirse la fecha y cuando estaban alistando maletas y programando las actividades en la isla, quedaron, literalmente, en el aire.
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