El Opus Dei abre hoy en Roma su congreso general extraordinario para adaptar a sus estatutos los cambios que pidió el papa Francisco con su documento “Ad charisma tuendum”, aunque los resultados no llegarán hasta dentro de varios meses.
En este congreso general extraordinario participan 126 mujeres y 148 hombres, de los cuales 90 son sacerdotes. Y provienen de los cinco continentes: Europa (50%), América (36%), África (6,6%), Asia (6,2%), y Oceanía (1,1%), señaló el Opus Dei en un comunicado.
Los trabajos, que se extenderán hasta el domingo, y las conclusiones de estos días se presentarán posteriormente al Dicasterio para el Clero, el ente de la Santa Sede con competencias sobre las prelaturas personales, y, más adelante el Vaticano comunicará las modificaciones finales a los estatutos aprobados por el papa.
En su carta a los fieles de la Prelatura, el prelado del Opus Dei, Fernando Ocáriz señaló que “todos los Congresos Generales son momentos muy especiales de unidad entre toda la Obra, y de la Obra con el Santo Padre y con el conjunto de la Iglesia”.
Las modificaciones que ha pedido el papa están en línea con otras similares que Francisco también exigió a otros grupos católicos como los neocatecumenales, como Comunión y Liberación o la comunidad de San Egidio.
Se trata de los primeros cambios desde hace cuarenta años, cuando, bajo la Constitución “Ut sit”, Juan Pablo II erigió la Prelatura del Opus Dei, una institución eclesiástica regida por un prelado con su propia jurisdicción, como una diócesis, pero sin estar vinculada a un territorio determinado.
En esta nueva norma se establece que las prelaturas personales, y hasta ahora la única existente es la del Opus Dei, pasarán a depender de la Congregación del Clero y no más de la Congregación de obispos, como era hasta ahora.
De esta manera el Opus Dei no formará parte como hasta ahora de la estructura jerárquica de la Iglesia como una diócesis, sino que estará directamente controlada por el ministerio del Clero, como otras organizaciones.
Además, el Opus Dei tendrá que presentar, cada año, “al dicasterio para el Clero un informe sobre el estado de la Prelatura y sobre el desarrollo de su labor apostólica”.
La norma, que entrará en vigor el 4 de agosto, establece que el prelado no podrá ser obispo para “fortalecer la convicción de que se necesita una forma de gobierno basada más sobre el carisma que sobre la autoridad jerárquica”.
Para algunos analistas, el papa con este documento ha querido “quitar poder” al Opus Dei, pero en una entrevista con el diario español ABC negó de que se tratara de un castigo. “Soy muy amigo del Opus Dei, los quiero mucho y trabajan bien en la Iglesia. El bien que hacen es muy grande”, agregó.
Según los últimos datos, pertenecen actualmente a la prelatura 93.600 personas, de las cuales el 60 % son mujeres.
EFE