Su reelección fue una mera formalidad en un país sin democracia, que encarcela y persigue a opositores, donde la represión se agudizó tras las masivas protestas del 11J y los habitantes sufren los reiterados cortes de energía y la escasez de combustible.
Por infobae.com
El dictador Miguel Díaz-Canel fue elegido con el 97,66 % de los votos de los diputados en la jornada de constitución de la Asamblea Nacional del Poder Popular (ANPP), máximo órgano legislativo de Cuba. De esta forma, comandará los destinos del país en un segundo y último mandato de cinco años.
Lo que fue oficializado este miércoles no sorprende a nadie, dado que se trató de una mera formalidad en un país sin democracia, que encarcela y persigue a opositores y sus familias, donde la represión se agudizó tras las masivas —e históricas— protestas de julio de 2021, y donde los habitantes además sufren de reiterados cortes de energía y, desde hace 20 días, de escasez de combustible.
Estos son algunos de los problemas que asfixian a los cubanos en el inicio del segundo mandato de Díaz-Canel. Además, la crisis se hace evidente en el faltante de algunos productos básicos, en una inflación galopante y en la emigración sin precedentes.
En su discurso, Díaz-Canel reconoció la “alta” tasa de jóvenes que se va del país, aunque intentó matizar el tema. “No podemos ser parte de la politización de la migración cubana con la que trafica el enemigo”, se limitó a afirmar; al tiempo que abogó por mejorar la relación con los cubanos residentes en el exterior y expresó que la isla aspira “simplemente a que respeten el suelo que los vio nacer y los formó con amor”.
Lo que no dijo es por qué tuvieron que irse. Muchos dejaron la isla por miedo a ser perseguidos, encarcelados o torturados.
Presos políticos
El jueves pasado, la ONG Prisoners Defenders publicó su informe mensual sobre la situación de los presos políticos en Cuba. Con cierre de datos al 31 de marzo, la lista tiene un total de 1.066 privados de su libertad, de los cuales 33 son menores. Y denunció torturas contra prisioneros y sus familiares, violaciones del proceso penal y golpizas a niños encarcelados.
En diálogo con Infobae, el presidente de la organización, Javier Larrondo, amplió las conclusiones del informe, y resaltó: “El resultado fue brutal. Todos son torturados. El 70% tiene de tres a cinco tipos de tortura a sus espaldas. El más torturado tenía 15 tipos de tortura y era un menor de 17 años. Ese informe de 101 casos demuestra que todos los presos políticos están siendo torturados”.
En Cuba no se tortura solo a los presos políticos, sino también a sus familiares y allegados que buscan justicia. “Algunas (torturas) que hacen a los familiares son amenazarlos con que si publican cualquier cosa en Facebook u otra red social, su familiar no va a volver a ver la luz del sol en la vida, por ejemplo”, explicó Larrondo.
Y siguió: “A los familiares, a los hijos de los presos e hijas menores, los separan de sus padres tanto físicamente, porque envían a los padres a una prisión a cientos de kilómetros o incluso con mar de por medio, como también por el mero hecho de que la madre se mantenga firme, sea una persona firme en sus convicciones y no se deje manipular. A los padres los amenazan con crearles un procedimiento para quitarles la patria potestad. Y esto ya lo han sufrido personas. Se inventan, por ejemplo, que lo hacen por peligrosidad, que es un invento cubano, que es sin delito, y por tener una conducta contraria a la moral socialista”.
El 11J
Una de las decisiones más polémicas de la dictadura de Díaz-Canel fue dar “la orden de combate” a los “revolucionarios” para afrontar las manifestaciones antigubernamentales de julio de 2021, las mayores en décadas, donde protestaron miles de cubanos de forma espontánea y pacífica.
Las autoridades reprimieron policialmente las marchas y sentenciaron a penas de cárcel de hasta 30 años a cerca de 700 personas, entre ellas algunos opositores históricos, pero también muchos ciudadanos anónimos sin vínculos con la disidencia y cuyas demandas eran esencialmente económicas.
“El 11 de julio emplearon lo que se llama el ‘Procedimiento sumario por atestado directo’. Esto lo han empleado con cientos de víctimas, para los casos más leves, entre comillas, para los casos en los que los delitos imputados eran de máximo un año de condena por cada delito. A lo mejor podían ser tres años de pena, pero cada delito como máximo un año, o sea, era el límite del sumario por atestado directo. Pero también, el otro procedimiento que utilizan es los tribunales militares contra civiles. O sea, más de 100 civiles del 11 de julio han sido sentenciados por tribunales militares. Imaginate los derechos ahí: cero”, completó Larrondo en la mencionada entrevista con este medio.
Cortes de energía
La dictadura cubana viene aplicando desde hace largos meses cortes de energía por supuestos mantenimientos programados en las centrales termoeléctricas.
El Ministro de Energía y Minas, Vicente de la O Levy, puso como excusa “una mejora en el servicio de cara al próximo verano y disminuir los cortes por averías que el pasado año provocaron largos apagones”. Obviamente la explicación no conformó a la población y se han producido protestas en distintas ciudades del país, muchas de ellas fuertemente reprimidas.
El Sistema Eléctrico Nacional (SEN) cubano sigue en una situación precaria como se evidenció el año pasado cuando los apagones eran diarios y prolongados, de hasta 12 horas al día en algunas regiones. Las afectaciones llegaron en ocasiones a casi el 40 % del país.
Entre las causas de esta situación se encuentra la antigüedad de las ocho plantas termoeléctricas terrestres del país —con un promedio de más de 40 años en uso—, el déficit de inversiones y la falta de combustible para las centrales.
Escasez de combustible
Este es un problema relativamente “nuevo”. Hace 20 días se empezaron a observar largas filas en las gasolineras —sobre todo en la capital— a la espera del preciado combustible que no llega. Y no parece que lo haga en el corto plazo.
Si bien es cierto que el desabastecimiento de gasolina en Cuba, un país en una profunda crisis económica, es un dolor de cabeza intermitente todos los años, esta vez las largas colas de vehículos se han mantenido.
Las imágenes fueron siempre las mismas desde que el problema explotó: autos particulares y estatales detenidos, y transportistas que madrugan, muchas veces sin la certeza de que habrá diésel —utilizado, sobre todo, para los autobuses urbanos— al día siguiente.
La situación empeora también el otro gran dolor de cabeza de los cubanos: el transporte público. Las paradas en La Habana lucen abarrotadas de personas, sobre todo en los horarios pico.
Un problema de los “países suministradores”
Tras dos semanas en silencio sobre este tema, Díaz-Canel aseguró el viernes pasado que el desabastecimiento responde al “incumplimiento” de los países suministradores que también atraviesan una “situación energética compleja”.
“No es (por) insuficiencia, ni problemáticas de las instituciones, sino por incumplimiento de los países que nos suministran”, indicó en un fragmento de pocos minutos en el noticiero del mediodía de la televisión estatal.
El dictador reconoció que “de entre las 500 y 600 toneladas diarias, ahora hay 400 toneladas para todas las actividades (transporte y economía)”. Y también sostuvo: “No está claro cómo vamos a salir (de la situación)”.
Cuba importa casi todo el petróleo que consume y usa mayoritariamente este combustible para generar energía. Venezuela, junto con Rusia, es uno de los principales suministradores de crudo, pero con la crisis redujo la cantidad enviada a la isla.
En una publicación de Facebook, la dictadura anunció un plan de racionamiento. Indicó que limitará la venta de diésel a 100 litros por vehículo y la venta de gasolina a 40 litros por coche. También “se evaluará la venta de combustible según el tipo de vehículo, con límites de litros establecidos para cada categoría”, informaron.
La escasez de gasolina es un obstáculo adicional para una economía que, según los pronósticos de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe, crecerá solo un 1,5% este año, por debajo del 2% de 2022.