Las primeras autopsias de los cadáveres de supuestos miembros de una secta exhumados en una zona boscosa del sur de Kenia muestran signos de inanición, después de que las víctimas fueran persuadidas para ayunar y así encontrarse con Jesucristo, pero también de asfixia en los casos de dos menores, según las autoridades.
“Todos los cuerpos tenían signos de inanición. Vimos que no había comida en el estómago ya que la capa de grasa era muy pequeña. El hígado estaba grasoso, un indicador de inanición“, declaró tras comenzar las autopsias este lunes el patólogo jefe del Gobierno, Johansen Odour, según recogen hoy medios locales.
Los cadáveres de diez personas fueron examinados ayer, incluyendo una mujer y nueve menores con edades entre un año y medio y diez años, en la morgue del hospital del subcondado de Malindi, en el condado costero de Kilifi.
“Pero dos cuerpos de niños tenían cianosis o decoloración azulada de las uñas (…) causada por asfixia. Esto significa que se les negó el oxígeno en el momento de la muerte y podría ser un indicador de que fueron asfixiados“, añadió Odour.
Según el patólogo, el estado de descomposición de los cuerpos hizo difícil determinar cuándo ayunaron y murieron, mientras las autopsias se alagaron porque fue necesario tomar radiografías para determinar la edad de las víctimas.
Asimismo, se tomarán muestras de material genético para tratar de rastrear sus identidades y a sus familias.
Este lunes, el ministro de Interior de Kenia, Kithure Kindiki, anunció la suspensión hasta nuevo aviso por las fuertes lluvias de las excavaciones que han permitido hasta el momento el hallazgo de 110 cadáveres, la mayoría exhumados en el bosque de Shakahola, donde las autoridades empezaron el pasado 21 de abril esta operación tras recibir una alerta.
EL ministro aseguró que las autopsias determinarán si se sustrajeron algunos órganos de las víctimas para su tráfico -algo que no se ha detectado hasta el momento- y reafirmó la promesa del presidente keniano, William Ruto, de crear una “comisión de investigación” para esclarecer cómo se produjeron todas las muertes y encontrar a los culpables.
El mandatario keniano ya condenó el pasado 24 de abril la llamada “masacre de Shakahola” como un acto de “terrorismo” y aseguró que Kenia no tolerará “a las personas que predican sermones engañosos que causan muertes“.
El líder religioso que supuestamente convenció a sus fieles para abstenerse de comer, el pastor Paul Mackenzie Nthenge, líder de la Good News International Church (Iglesia Internacional de las Buenas Nuevas), permanece bajo custodia policial desde el pasado día 14 de abril y debe comparecer hoy ante la justicia junto con otros sospechosos.
Extaxista y controvertido pastor, Nthenge fue detenido el pasado marzo después de ser acusado de estar tras la muerte de dos niños en circunstancias similares, pero obtuvo la libertad bajo fianza. EFE