Más de 8.000 personas fueron invitadas a la coronación de la reina Isabel II, en 1953 (la primera retransmitida por televisión de la historia, por deseo de su marido, el duque de Edimburgo). Nada menos que 6.000 más de los que acudirán a la de su hijo, el rey Carlos III, que se ha mostrado mucho más selectivo con los invitados, entre los que estarán presentes jefes de Estado y de Gobierno, entre ellos nuestros reyes Felipe y Letizia.
Por Mujer Hoy
Una merma de personalidades que no todos comparten, entre otros Lady Colin Campbell, primera biógrafa no autorizada de Diana de Gales, que considera que es un error de bulto que podría tener consecuencias no solo en el presente, sino más adelante.
Aunque los prolegómenos de su reinado, una vez fallecida Isabell II, gozaron de la aprobación de Lady Colin Campbell, una de las más ácidas e irreverentes cronistas de la familia rela británica, el devenir posterior de Carlos III merece su censura, según nos hace saber en conversación telefónica.
Grandes diferencias con la Coronación de Isabel II
«Considero que empezó de manera brillante, pero tengo mis reservas en cuanto a cómo ha manejado la coronación. Creo que ha tenido algunos errores substanciales de juicio. Pienso que ha pedido a muy poca gente a que asista. No tendrían que haber bajado de 8.000 a 2.000 los invitados. Creo que se podía haber gastado algunas miles de libras esterlinas más y haber incluido al menos a otras 2.000 personas más en la Abadía de Westminster, que esperaban ser llamadas y que deberían haber sido llamadas. Ha sido una gran ofensa para ellos», considera Lady Colin Campbell, que sigue manteniendo este tratamiento después de su efímero matrimonio con Lord Colin Ivar Campbell, hijo a su vez del undécimo conde de Argyll.
La Coronación de Carlos III también será mucho más austera que la de su madre, algo que Lady Colin Campbell considera un error, pues si hay algo que considera la seña de identidad de esta institución, que sigue gozando de una notable fortaleza en el Reino Unido, es la pompa y el boato.
«Creo que la gente quiere esplendor, espectáculo y tradición y progresión y creo que no ha cumplido con esto tampoco», nos dice la autora, cuya biografía sobre la reina madre en 2012 fue muy severamente criticada, como lo sería la de Diana de Gales, que ocupó los primeros puestos de la lista de ventas del New York Times.
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