La familia Bender no es parte de ninguna leyenda del Salvaje Oeste Americano. Su historia es tan real como los sangrientos crímenes que cometieron. La historia de esta familia comienza en 1870 cuando John Gebhardt y John Bender llegaron al municipio de Osage, en el extremo sureste de Kansas, para reclamar una parcela, que era un terreno que el gobierno de los Estados Unidos otorgaba a cualquiera que quisiera asentarse en ella y trabajarla para su beneficio.
Por: Muy interesante
Nadie sabía nada sobre el pasado de los hombres, pero no vieron en ellos ningún peligro. Los Bender construyeron una pequeña cabaña de una sola habitación junto a un arroyo en el condado de Labette. A ellos se les unieron la esposa de John Bender, Ma Bender, y su hija, Kate.
Durante algún tiempo su casa sirvió como estación de paso para viajeros que transitaban por ese territorio solitario. Al mismo tiempo, Ma Bender obtenía algo de dinero gracias a sus supuestas dotes de médium. Ello le permitía ofrecer servicios de sanadora espiritual y como alguien que podía contactar con los muertos.
Al principio nadie reparó en que después de la llegada de los Bender, muchas personas comenzaron a desaparecer. Sin embargo, como se trataba de un territorio abandonado y cercano a la frontera, las personas podían desaparecer sin que nadie los echara en falta hasta después de mucho tiempo.
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