La crisis de combustible en la zona norte del estado Anzoátegui ha recrudecido en los últimos días. Desde hace más de una semana, los conductores adoptaron nuevamente la costumbre de pernoctar en las bombas que expenden gasolina a precio subsidiado, pues es la única forma de “medio asegurar un cupo”.
Javier A. Guaipo // Corresponsalía lapatilla.com
Tanto en Barcelona como en Puerto La Cruz se observan a toda hora colas kilométricas en los alrededores de estaciones de servicio como la Oasis, París, Pozuelos o La Porteña.
“Volvió esta pesadilla. Estoy en la cola desde ayer en la tarde y hasta el mediodía de hoy (martes 16 de mayo) todavía tengo más de 20 carros adelante”, comentó Antonio Mata, quien esperaba para abastecerse en la bomba ubicada junto al Palacio Legislativo de la capital anzoatiguense.
Vale acotar que la mencionada estación está ubicada en la avenida Fuerzas Armadas y la fila terminaba en la avenida Miranda. Además, conductores aseguraron que allí suelen tardar más, porque los funcionarios policiales encargados de llevar el orden del lugar pasan vehículos que no están en cola.
Baja producción
José Bodas, secretario general de la Federación Unitaria de Trabajadores Petroleros de Venezuela (Futpv), aseguró que son muchos los factores que han influido en la profundización de la crisis, y uno de estos es la baja producción en la Refinería de Puerto La Cruz.
Según comentó, el complejo tiene capacidad para refinar 190.000 barriles de crudo diario, pero solo se alcanzan entre 110.000 y 120.000. Acotó que de gasolina apenas están produciendo entre 25.000 y 30.000 b/d, lo que evidentemente no alcanza para surtir a Anzoátegui y mucho menos a estados vecinos, como está estipulado originalmente.
“A pesar de eso, cuando la Refinería El Palito tiene problemas, como ha venido sucediendo, parte de la producción de aquí se envía hacia la capital y el centro del país. Se sacrifica el mercado de oriente y por eso aquí se forman las grandes colas”.
El vocero señaló que en ocasiones el régimen paga con combustible las deudas adquiridas en el extranjero, lo que también afecta la distribución interna.
“Aparte también tenemos la falta de inversión en la refinería, lo que conlleva a problemas con las calderas, la generación de vapor, bombas, etc. Sin mencionar que los trabajadores petroleros tenemos un año y medio sin contrato colectivo ni varios de los beneficios que nos corresponden”.