En los últimos días, en las calles y avenidas de las principales zonas comerciales de San Cristóbal comenzaron a proliferar avisos de ventas y alquileres de locales, donde hasta hace pocos meses aún funcionaban pequeñas o medianas empresas.
Luz Dary Depablos // Corresponsalía lapatilla.com
Los altos costos de impuestos municipales y el incremento de los precios en servicios públicos, en medio de la caída de las ventas por el bajo poder adquisitivo de la mayoría de los tachirenses, han obligado a muchos comerciantes a bajar sus santamarías.
Un empresario del sector de Barrio Obrero de San Cristóbal, quien pidió resguardar su identidad, debió reducir parte del personal de su local y quitar avisos externos por los altos impuestos, sumado a las bajas ventas.
Igualmente, varios comercios cercanos decidieron poner en venta sus propiedades, porque “les resulta costoso tener un bien que, en el lugar de generar ingresos, genera gastos”.
Para Tiziana Polesel, presidente del Consejo Nacional del Comercio y los Servicios (Consecomercio), es importante poner límites a la Ley de Armonización Tributaria, que fue aprobada en primera discusión, “porque lamentablemente muchas alcaldías, lejos de buscar afiliar, buscar empadronar más empresas, formalizar a los informales, lo que están es cargándole el incremento de sus costos a los pocos comerciantes que pagan esas tasas y tributos”.
“La manera como nosotros los comerciantes aumentamos nuestras ventas es buscando más clientes, no encareciendo el precio del producto, porque encarecer el producto es la política más equivocada”, dijo Polesel.
Estas acciones estarían promoviendo la informalidad, pues a su juicio “lo que existe es una relación entre la voracidad fiscal y la informalidad”, que se estaría presentando en todos los municipios del país.
“La única forma de combatir la informalidad es aumentar la base tributaria, y no hemos visto en ninguna alcaldía un plan que busque afiliar a los informales y aumentar esa base tributaria”, acotó.
Por tanto, hizo un llamado a las cámaras regionales, pues asegura que desde el gremio empresarial han sostenido comunicación con funcionarios del Seniat, quienes les han manifestado que no harán cierre de negocios, por lo que en el caso de los municipios, los comerciantes deben acudir a las cámaras de su localidad y exponer sus casos.
Transacciones comerciales en Registros
Con relación al tema de los registros, recordó que hace más de un mes se pronunciaron debido a los problemas que se presentaron.
“Hay discrecionalidad en las notarías a la hora de firmar algunos documentos, porque se reportaron casos específicos”.
Enfatizó que, en el caso de Táchira por ser un estado fronterizo, se han generado inconvenientes, principalmente con los extranjeros, quienes deben registrarse y “esperar una habilitación para firmar documentos. Esta es una medida reciente que ha demorado muchas operaciones y justamente por la característica de este estado, es donde más se reportaron casos”.
Sin embargo, han observado que luego del pronunciamiento ha habido “cierta celeridad en las habilitaciones a los extranjeros y también un poco más de racionalidad a la hora de los registros”.
Insistió en que un registro de “una transacción comercial no puede ser mayor lo que se pague por tasa y tributos, que el valor de la propiedad.”
Comentó que “se daban casos en los que por la venta de una moto se pagaba más por registro que por la venta de un bien, eso es inadmisible, eso es irracional.”
Caen las ventas en Táchira
La presidente de Consecomercio explicó que Táchira había sido el único estado que había reportado “haber vendido más unidades que en enero del año pasado”, lo cual estaría asociado a la reapertura de la frontera.
Sin embargo, “lo que nos reporta ese mismo panel, es que en marzo y abril ya las ventas comienzan a contraerse y Táchira entra nuevamente en las estadísticas nacionales de la contracción en la venta en número de unidades”.
“Ya se está viendo en todo el país, en establecimientos que tenían tres o cuatro sucursales, están empezando alguna, esto estadísticamente no se siente porque el Rif es uno solo, la empresa no cierra, pero sí se reduce”, señaló.
La contracción es general, pero el sector de bienes y servicios es uno de los más afectados.
“Se observa en medicamentos, en alimentos, en autopartes, pero hay sectores donde se reciente mucho más, el calzado, vestido y todo lo que es recreación”, puntualizó Tiziana Polesel.