Una canasta de Sergio Llull, a 3.2 segundos para el final, la única que anotó en el partido, dio el undécimo título de la máxima competición continental al Real Madrid (78-79) tras remontar una desventaja de seis puntos que tenía el Olympiacos a 2:12 para el final.
Demostró su grandeza el baloncesto con una final de muchos quilates y una resolución de ‘thriller’. Cuando a 2:12 para el final Isaiah Canaan anotó un tiro libre y puso el 78-72, los griegos se vieron muy cerca del título, pero no fue así.
Con la magistral dirección de Sergio Rodríguez (15 puntos, 4 rebotes, 9 asistencias, 23 valoración), el equipo de Chus Mateo dio la vuelta a todo. El ‘Chacho’ puso el 78-74 a dos minutos para el final, falló Vezenkov -que hasta entonces llevaba 29 puntos- a 54 segundos para el final y de nuevo Sergio Rodríguez anotó, de tres, para situar el 78-77 en el marcador a 45 segundos del final.
El Olympiacos no eligió la mejor opción y Fall erró a 21 segundos para el final. Walkup cometió falta y el Real Madrid jugó para ganar y, como tantas otras veces, no falló.
Seguramente el jugador más inesperado, Sergio Llull, se convirtió en el invitado sorpresa. Anotó la canasta decisiva, pero aún quedaban 3.2 segundos y un tiempo muerto. Bartzokas diseñó la jugada, pero Sloukas falló.
De salida, el Olympiacos irrumpió en el partido como un cañón, con las muñecas de sus tiradores muy afinadas. Isaiah Canaan, Sasha Vezenkov y Kostas Papanikolau martillearon la canasta madridista desde lejos y abrieron la primera brecha en el marcador para los griegos (17-10).
El duelo entre los dos gigantes, Walter Tavares y Mustapha Fall, solo duró cuatro minutos por las dos faltas acumuladas por el pívot del Olympiacos y su sustituto Joel Bolomboy corrió la misma suerte.
Sabía el equipo de Bartzokas cómo atacar la defensa zonal que le había planteado Chus Mateo para protegerse. Mientras los triples liberados fueron entrando, el Olympiacos sonreía y su ventaja se disparó hasta los doce puntos (24-12), a 1:45 para el término del primer tiempo.
Pero algo cambió. Mateo sabía que la zonal es una ruleta rusa, la puso en práctica ante el Partizan y Punter la leyó bien en un par de partidos; la utilizó con el Barça y el técnico madridista insistió en que había que jugar mentalmente con el rival, porque habría un momento en el que empezaría a fallar y allí estaría su equipo.
A partir del 24-12, el Olympiacos se empezó a colapsar psicológicamente, el Real Madrid consiguió un parcial 0-9 y en el inicio del segundo cuarto el partido ya estaba donde quería el equipo español.
Luego, con la aparición de Sergio Rodríguez en la dirección y el acierto exterior de Mario Hezonja, los blancos empezaron a crecer y firmaron un parcial 5-17 en cinco minutos para igualar el partido (29-29), todo ello sin que Walter Tavares, su jugador diferencial, hubiera tomando el mando de las operaciones.
En los últimos cinco minutos antes del descanso, el partido enloqueció. El Olympiacos empezó a buscar el juego interior para Vezenkov, aprovechando el descanso de Tavares y la entrada en juego de Randolph.
El búlgaro aguantó a los suyos, algo que ha hecho durante toda la temporada, lo cual le ha valido ser designado mejor jugador de la fase regular del campeonato, y Hezonja (12) fue el más destacado del Real Madrid.
Incluso los blancos se situaron con una máxima diferencia de cinco puntos (40-45), tras un triple de Dzanan Musa, pero Vezenkov (15 puntos al descanso) y un triple de McKissic dejaron el partido como si nada hubiera ocurrido (45-45).
La defensa del Olympiacos, con Walkup marcando la pauta, le dio fruto. Fall estaba con Tavares y Mateo ordenó defensas alternativas, preferentemente individual, pero ya el Real Madrid no tenía ni espacio ni tiempo para pensar.
La igualdad la deshizo Canaan con seis puntos seguidos (57-52). Paró el partido el técnico blanco y puso en juego a Rudy y Sergio Rodríguez, que acompañó en la dirección a Williams-Goss.
El Real Madrid minimizó haberse quedado sin anotar durante 3:30 minutos y solo permitió que el Olympiacos se escapara por cinco puntos, que recuperó Williams-Goss con un triple y dos tiros libres producto de un robo (59-59).
Encararon los blancos el cuarto final con cuatro puntos abajo (63-59). A la hora de la verdad, los jugadores diferenciales tenían que aparecer y el primero que lo hizo fue Vezenkov, que anotó ocho de los primeros once puntos de los rojos en este cuarto.
Mateo volvió a jugar con la zona y los nervios de los griegos, pero a los de El Pireo parecía que no les temblaba el pulso y sabían elegir bien en cada momento, liderados por Vezenkov y Canaan.
Pero su baloncesto colapsó a 2:12 para el final y con 78-72 en el marcador. Se quedó en blanco el Olympiacos, el Real Madrid olió la sangre y el miedo del rival y supo que era su oportunidad.
Dirigido magistralmente por el ‘Chacho’ Rodríguez, fue limando diferencias y a 3.2 para el final Llull anotó la canasta de la victoria, la canasta de la Undécima. EFE