La Fiscalía de Roma ha abierto hoy una investigación contra los nueve activistas climáticos que tiñeron con carbón vegetal este domingo el agua de la Fontana di Trevi como protesta por la crisis climática, tras ser identificados y denunciados por la policía.
Aunque el monumento, uno de los símbolos de Italia en todo el mundo, no sufrió daños permanentes, según las autoridades locales, los activistas han sido denunciados por deteriorar el patrimonio cultural haciendo un uso ilícito del mismo, según los medios locales.
La acción tuvo lugar en la mañana del domingo, cuando nueve activistas del colectivo “Ultima Generazione” contra el cambio climático tiñeron de negro las aguas de la monumental Fontana, obra maestra del Barroco romano y uno de los símbolos de la ciudad en todo el mundo.
Acto seguido entraron en su vaso y desplegaron una pancarta en la que exigían dejar de invertir en combustibles fósiles, mientras los turistas que visitaban el monumento reaccionaban con abucheos.
Gracias a la “rápida” intervención de la policía, los activistas solo pudieron verter dos de los “numerosos” botes de tinte a base de carbón vegetal que llevaban consigo, explicó el alcalde de Roma, Roberto Gualtieri.
“Según una primera verificación no hay daños permanentes porque la pintura negra acabó en el material impermeabilizado y no en el mármol por lo que debería ser posible limpiarla. El problema es cuando llega al mármol, que es poroso“, ilustró el regidor a los medios.
No es la primera vez que estos activistas arremeten contra el patrimonio con acciones como estas.
Hace unas semanas, otro grupo del mismo colectivo tiñó de negro el agua de la Fuente de los Cuatro Ríos, situada en la céntrica plaza Navona de Roma y diseñada en 1648 por el artista barroco Gian Lorenzo Bernini.
El pasado 1 de abril, vertieron tinte negro en la histórica fuente de la Barcaccia de la Plaza España de Roma, construida entre 1626 y 1629. Antes, el 17 de marzo otros dos jóvenes mancharon con pintura naranja el Palacio Vecchio de Florencia, sede del ayuntamiento, y fueron detenidos por el propio alcalde, Dario Nardella.
En noviembre arrojaron sopa a un cuadro de Van Gogh de una exposición temporal de Roma y mancharon con pintura el “El Dedo” del Maurizio Cattelan frente a la Bolsa de Milán, además de la escultura ecuestre del Vittorio Emanuele II frente al Duomo o catedral de esa ciudad.
Además, dos activistas están siendo juzgados en el Tribunal del Vaticano por dañar con pegamento el basamento de esta escultura del Laocoonte en una protesta.
El Gobierno italiano ha aprobado un proyecto de ley que castiga a los autores de actos vandálicos contra obras de arte, monumentos o patrimonio con multas de hasta 60.000 euros o sanciones penales. EFE