Pedro Vicente Castro Guillén es candidato a Decano de la Falcultad de Humanidades y Educación
El viernes 26 de mayo la Universidad Central de Venezuela se dispone a derrotar al continuismo desde el ejercicio de las ideas, la fuerza propositiva del pensar y la experiencia académica. Así, podremos transformar las peores políticas gubernamentales a la que ha estado sometida a lo largo de toda su existencia. Este episodio electoral democrático será, sin temor a equivocarme, un paso importante hacia la recuperación de la República democrática, en las venideras elecciones del 2024.
Esta campaña electoral ha movilizado a los sectores que pueden sufragar —de acuerdo con el Reglamento Transitorio (RT): profesores (50%), estudiantes (25%), empleados administrativos (10%) y obreros (10%), egresados (5%)— quienes han asistido a diversos encuentros entre los candidatos a los diferentes cargos. La mayoría de estos eventos se ha caracterizado por el duelo agonístico, limpio, de proposición de puntos de vista y perspectivas sobre la Universidad y el país, hemos presenciado un debate donde hay que celebrar la ausencia del insultos y, donde los golpes bajos son soterrados y no han conseguido quebrantar el ambiente de decencia y decoro intelectual que las elecciones de la UCV merecen.
Sin embargo, hay una realidad evidente. Existe un deslinde entre aquellos que quieren la continuidad de la inacción y aquellos que apuestan por la reconstrucción para conducir a la Universidad hacia el siglo XXI. Los primeros se han autopostulado desde los cargos que ejercen o actúan por medio de interpósitos candidatos —cuya única habilidad es servir de mampara a los intereses más oscuros— tratando de ocultar su deseo de atornillarse en el poder, siguiendo las peores prácticas del chavismo-madurismo-castrista que tanto daño han hecho a la democracia y al país.
A estos personeros les toca enfrentar la nada envidiable, pero titánica tarea, de justificar por qué con un amplio número de años en sus cargos sin hacer nada, ahora van a pensar como gerentes universitarios responsables. Es tarde para ello, porque a esas ideas “geniales” que proponen a estas alturas se les terminó la abulia, la ataraxia.
Estos candidatos son muy fáciles de identificar, no se necesita un manual para ubicarlos en el contexto del acto de escogencia electoral. Es por ello que los universitarios —los diversos sectores— debemos escoger entre los que representan verdaderamente el cambio.
Por fortuna, contamos con la propuesta por el cambio radical para recomponer la universidad desde la perspectiva del futuro, que instruirá una nueva gerencia que pondrá fin al centralismo en las diversas instancias de nuestra casa de estudio y reformará los programas para ajustar las carreras a las necesidades del siglo actual. Estas acciones ofrecen a nuestros estudiantes la certeza de egresar en el tiempo debido, dándoles oportunidades económicas con las salidas tempranas al mercado de trabajo de manera ventajosa, es decir, a través de certificaciones intermedias que acrediten sus competencias y habilidades con sello UCV—primera franquicia educativa del país— que les permitan ingresar a un primer empleo bien pagado y, mientras obtiene experiencia, mantenerse estudiando y graduarse en el tiempo correspondiente.
Estas elecciones prefiguran el futuro de la Educación Superior liderada por la UCV. El equipo para ejecutar este cambio radical (ir a la raíz de nuestra esperanza en la academia como la forma de recuperación de los universitarios, de su modo de vida, del orgullo de ser ucevistas) lo conforman el Profesor Doctor Víctor Rago Albujas como candidato a RECTOR, el Profesor Doctor Arturo Alvarado como candidato al VICERRECTORADO ACADÉMICO, la Profesora Doctora Yudí Maglene Chaudary Zambrano como candidata al VICERRECTORADO ADMINISTRATIVO y la Profesora Doctora Vilma Núñez como candidata a la SECRETARÍA.
Todos iremos a votar masivamente contra el continuismo y por la esperanza para recobrar la Universidad donde prevalece la academia y formamos profesionales solidarios con valores de tolerancia, respeto e inclusión social. Vamos a revivir la educación como el mecanismo privilegiado de la movilidad social y de abolición de la desigualdad económica.
Seamos el fundamento de una ciudadanía libre y capaz de construir la Venezuela republicana, libre y democrática que todos anhelamos.