La Fiscalía de Bolivia investiga al menos ocho denuncias de pederastia contra sacerdotes católicos, aunque el número de casos podría subir, en un escándalo que sacude al país tras conocerse los abusos sexuales del fallecido religioso español Alfonso Pedrajas.
¿Cómo surgen las denuncias?
El diario español El País publicó el 30 de abril el diario personal del clérigo jesuita Alfonso Pedrajas, más conocido como el padre Pica, muerto en 2009 en Bolivia de cáncer a los 66 años.
Un familiar entregó al periódico su diario escrito en una computadora portátil en el que dice haber hecho “daño a mucha gente (¿a 85?), a demasiados”. Además, reconoció que fue protegido por clérigos superiores de la Compañía de Jesús.
Pedrajas se instaló en Bolivia en 1971 y realizó labores educativas en varios centros hasta meses antes de morir. La mayor cantidad de abusos los habría cometido en el Colegio Juan XXIII de la ciudad de Cochabamba, centro del país.
El Juan XXIII era un internado que recibía a menores de escasos recursos económicos y de zonas rurales y se preció de tener una formación educativa de gran nivel.
Hilarión Baldivieso, de la asociación de exalumnos de ese centro educativo, confirmó los abusos en conferencia de prensa y dijo que habían denunciado “el encubrimiento” de los jesuitas, que tenían conocimiento de las actividades de Pedrajas.
¿Cuántas denuncias hay en la justicia?
Tras el escándalo provocado por las revelaciones de prensa, la Fiscalía de Bolivia recibió al menos ocho denuncias de presuntos abusos cometidos por religiosos.
El fiscal general, Juan Lanchipa, dijo que las denuncias se presentaron en las ciudades de La Paz, Cochabamba, Tarija (sur) y Santa Cruz (este).
Entre los denunciados figuran, además de Pedrajas, los sacerdotes españoles Luis María Roma, Alejandro Mestre y Antonio Gausset (el padre Tuco), todos fallecidos. Otros denunciados siguen con vida.
Algunas de las denuncias las interpuso la propia Compañía de Jesús.
Lanchipa manifestó su preocupación por “la desidia que ha tenido esta organización católica de no haber denunciado estos hechos y, más bien, brindar una cobertura y protección de estos hechos aberrantes”.
¿Hay más casos de abusos?
El exsacerdote jesuita Pedro Lima reveló a la AFP el viernes pasado que no solo se cometieron abusos sexuales contra menores, sino también contra jesuitas en formación.
Lima dijo que fue expulsado de la Compañía de Jesús en 2001 por denunciar abusos dentro de la orden, y retornó a Bolivia desde Paraguay recientemente para sumarse a las denuncias por el caso Pedrajas.
Según el exclérigo, “entre las víctimas hay exjesuitas que han sido formados por esta persona. En resumen: no solo abusó de alumnos, sino de jesuitas en formación”.
La asesora legal de la Conferencia Episcopal de Bolivia, Susana Inch, reconoció que desde 2019, cuando se abrió una comisión interna para investigar los casos, se recibieron 12 denuncias contra sacerdotes.
Según una investigación del diario boliviano Página Siete, hay más de 170 víctimas.
La última semana, el sacerdote Milton Murillo fue detenido acusado de presunta violación, mientras el cura Garvin Grech huyó a Argentina por denuncias similares.
Tras el torbellino de casos, el presidente izquierdista Luis Arce mandó la noche del lunes una carta al papa Francisco para tener acceso a todos los archivos y expedientes sobre pederastia en Bolivia.
Además, dijo que su país se reserva el derecho de recibir a curas si tienen denuncias, y que su gobierno buscara firmar con el Vaticano un nuevo convenio de relación.
¿Cuál es la posición de la Iglesia?
Pocos días después de las revelaciones sobre el diario de Pedrajas, la Conferencia Episcopal Boliviana expresó su pesar.
“Como Iglesia condenamos estas acciones, nos solidarizamos con las víctimas que han sufrido hechos de abuso sexual, les pedimos perdón”, dijo en un comunicado.
La Compañía de Jesús también ha señalado que pondrá a disposición de la justicia todos los casos que son de su conocimiento.
La Iglesia boliviana espera la llegada en estos días del sacerdote español Jordi Bertomeu, enviado por el Vaticano para abordar el tema de los abusos de menores. AFP