Manuel Ranoque, el padre de los menores que continúan desaparecidos tras el accidente aéreo ocurrido en una selva del sur de Colombia, se mostró confiado en encontrar a sus hijos pese a las dificultades que entraña la búsqueda.
En declaraciones suministradas por las Fuerzas Militares, Ranoque expresó su enorme agradecimiento con los militares y los grupos indígenas que, 24 días después del accidente, continúan peinando la selva en busca de los pequeños, así como les pidió paciencia.
“Pido a la gente que tenga mucha paciencia y mucha fe. Muy pronto saldremos de esta selva con los niños sanos y salvos”, afirmó confiado.
Preguntado por su estado anímico, el hombre reconoció que “no está bien” ya que es “un golpe duro”, pero reiteró su confianza en encontrar a los pequeños: “Tengo fe de que estaré con mis hijos. Estoy muy motivado y sé que muy pronto esto se va a lograr”.
Al hablar de los detalles de la búsqueda, destacó las dificultades que implica el clima selvático, con una lluvia y humedad persistentes que complican las labores de los equipos de rescate.
“Lo más difícil ha sido encontrar la avioneta, porque hasta ese momento no sabíamos si había supervivientes”, expresó Ranoque antes de reconocer que al principio le resultó difícil creer que sus hijos seguían con vida, al ver el estado en el que quedó el avión tras el accidente.
Cabe recordar que el avión, operado por la compañía Avianline Charter’s, al parecer sufrió una falla en el motor cuando volaba entre Araracuara, una remota localidad ubicada entre los departamentos de Caquetá y Amazonas, y San José del Guaviare, y fue hallada más de una semana después cerca del caserío de Palma Rosa, del municipio de Solano (Caquetá).
Las declaraciones del padre de Lesly Mucutuy, de 13 años; Soleiny Mucutuy, de 9; Tien Noriel Ranoque Mucutuy, de 4, y Cristin Neriman Ranoque Mucutuy, de 11 meses, llegan horas después de conocerse el hallazgo de diferentes elementos que indican que los menores podrían seguir con vida, tales como pañales, tenis, un accesorio de celular, una tapa de tetero y una toalla.
EFE