Desde tiempos inmemoriales, la receta mágica de algunas madres y abuelas ante la presencia de cualquier tipo de malestar es una bebida medicinal hecha con plantas que tienen propiedades curativas, mejor conocida como guarapo o infusión. Y, aunque para los adultos puede ser un aliciente, el guarapo como medicina no es recomendable para los niños.
María Elizabeth Montilla, pediatra y coordinadora de atención médico dietética del Centro de atención nutricional infantil de Antímano (Cania), explica que el consumo de estas bebidas puede ser tóxico para los niños.
«Hay toxicidad desde el punto de vista neurológico que pueden provocar convulsiones, somnolencia, afectaciones del sistema renal y alteraciones a nivel hepático», expone.
El organismo de los seres humanos tiene los sistemas renal y hepático para metabolizar la comida, «si no lo hace el hígado, se encarga el riñón», pero si se ingiere algún tipo de alimento para lo que ambos sistemas no están listos para procesar, puede derivar en graves consecuencias. Esto es lo que ocurre con muchas plantas que se usan para hacer guarapos.
La especialista comenta que «es una lucha constante» que las madres entiendan lo nocivo que puede ser exponer a los niños a estas bebidas. «Hay quienes usan el piñón como antiparasitario, sin saber que el piñón puede ocasionar lesiones que pueden derivar en terapia intensiva o inclusive la muerte», alerta.
Advierte que estas bebidas también inciden en la interrupción de la absorción de calcio en los huesos: «Imagine los efectos que puede tener para un niño en etapa de crecimiento», sostiene.
Montilla aconseja que «quizás en la adolescencia» cuando el organismo alcanza una capacidad renal y hepática sí se pueden ingerir infusiones, pero siempre hay que considerar el estado de salud.
“¿Qué pasaría si el adolescente tiene una lesión sin conocer a nivel renal o hepático? Sería terrible”, previene.
Con respecto al uso de la miel, una de las prácticas más conocidas para endulzar las bebidas de los niños «por creer que es más sana que el azúcar», la pediatra advierte que la miel puede producir botulismo infantil, una afección gastrointestinal grave, por lo tanto lo recomendable es reducirle a los niños el consumo de endulzantes en general.