Una vez que el presidente Guillermo Lasso decretó la disolución de la Asamblea Legislativa de Ecuador y el Consejo Nacional Electoral convocó a elecciones generales para completar el período hasta 2025, las organizaciones políticas y la ciudadanía en general, ingresaron a una etapa de movilización y entusiasmo electoral para encarar estos comicios atípicos.
Lo primero que salta a la vista es la diversidad de opciones que se presentan ante el electorado. Ecuador es un país, como muchos otros de Latinoamérica, que se encuentra fuertemente polarizado políticamente. Por un lado están los partidarios del ex presidente Rafael Correa y por otro una variopinta gama de opositores que van desde la extrema izquierda hasta la extrema derecha, pasando por propuestas indigenistas, ambientalistas, corporativas, etc.
Entre los partidarios del presidente Correa, a diferencia de otras oportunidades, ahora se disputan la titularidad de la representación política, tres figuras importantes: Luisa González, Carlos Rabascall y Andrés Arauz. La primera, ex asambleísta, se presenta como la carta más leal con Correa y por consiguiente la que parece tener mayores opciones de ser consagrada como la candidata oficial.
En el campo de las oposiciones, insistirá Yaku Pérez, el ambientalista de interesante performance en las pasadas elecciones de 2021, el dirigente indígena Leónidas Iza, aunque esta vez el movimiento indígena se halla muy dividido, Fernando Villavicencio, representando al actual esquema gobernante muy venido a menos, el ex vicepresidente Otto Sonnenholzner, de buena imagen en clases medias, Daniel Noboa, ex asambleísta que buscará el voto populista de derecha, Jan Topic, un ex militar que pretende posicionarse como el “Bukele ecuatoriano” y Eduardo Maruri, un exitoso empresario, conocido por su pragmatismo y eficacia administrativa.
Cualquiera de ellos tiene posibilidades de sobresalir de entre los demás, para enfrentar en segunda vuelta al candidato o candidata que elija Rafael Correa. Dependerá mucho de las campañas electorales, de las estrategias y del marketing político que se aplique en esta oportunidad. Como en ninguna oportunidad anterior, jugarán un rol fundamental las redes sociales virtuales, las nuevas tecnologías de información y comunicación, la adecuada aplicación de la Inteligencia Artificial, el neuromarketing, el Big Data y hasta la administración de una correcta respuesta a las Fake News.
Precisamente, porque las campañas discurrirán esta vez en ámbitos tan complejos y novedosos, me parece que Eduardo Maruri, un conocido experto en marketing de última generación, podría ser una sorpresa en estas próximas elecciones. Me baso en este
pronóstico en lo realizado, precisamente en el campo del adecuado manejo de la Big Data y las redes sociales virtuales, que realizó el candidato Xavier Hervas en las elecciones de 2021. Hervas anunció que no será de la partida en esta oportunidad.
La elección general de 2023 en Ecuador, dispuesta para agosto de este año, es una elección que en la clasificación de la comunicación política moderna se denomina una “elección abierta”. Lo más probable es que la opción que apoya el ex presidente Rafael Correa resulte una de las finalistas que vaya a disputar la segunda vuelta. El contendor se definirá de entre los candidatos que apliquen una estrategia profesional, moderna, creativa, adaptada a la realidad actual y a los desafíos de las nuevas formas de elección que han estado mostrando los electores en el último tiempo.
Nada está dicho al empezar esta desafiante y corta campaña electoral. Será un laboratorio de enormes aprendizajes para quiénes nos dedicamos a la consultoría política.