Un guía nepalí, que estaba a punto de llegar a la cima del Everest con un escalador que había contratado sus servicios, renunció a hacer cumbre para salvar a un montañista malasio en peligro en la “zona de la muerte”, en un fin de temporada especialmente mortífero en el “Techo del mundo”.
Por: Clarín
Gelje Sherpa, de 30 años, estaba guiando a un cliente chino hasta la cima de la montaña más alta del mundo -8.849 metros- y tenía previsto ayudarlo a bajar en parapente.
Pero cuando se encontraban a unos cientos de metros de la cumbre, descubrieron, a más de 8.000 metros de altitud, a un hombre solo, temblando de frío y agarrado a una cuerda, en la famosa “zona de la muerte”, un paso técnicamente difícil donde el aire escasea y las temperaturas glaciales aumentan el riesgo de sufrir del mal de altura.
“Cuando lo vi en ese estado, no tuve el coraje de abandonarlo allí”, declaró Gelje Sherpa a la agencia de noticias AFP.
Ese día habían pasado otros montañistas por delante del malasio, sin ayudarle, pero el guía no quiso juzgarlos.
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