La entrega despreciable, por @ArmandoMartini

La entrega despreciable, por @ArmandoMartini

Armando Martini Pietri @ArmandoMartini

La obediencia canalla, es una expresión que puede ser interpretada de diferentes maneras dependiendo del contexto en el que se utilice. Podría referirse al acto de someterse sin cuestionamiento a una autoridad o sistema injusto, lo cual resulta en situaciones de opresión, angustia y sufrimiento. También reseña la sensación de sentirse obligado a seguir órdenes, reglas y pautas que no se comparten o van contra principios, valores y convicciones propias, lo cual crea un efecto de frustración. Esta forma de obediencia ciega, servil, conduce a resultados desastrosos, porque impide el ejercicio del pensamiento crítico y la búsqueda de soluciones justas, equitativas. Mientras que la desobediencia civil y la resistencia pacífica son formas efectivas para desafiar los sistemas opresivos, y avanzar hacia una sociedad imparcial y equilibrada.

En el ámbito religioso, se refiere a la actitud de obediencia completa y absoluta a la voluntad de Dios, o enseñanzas de una religión específica, sin cuestionarlas ni tener libertad de elección. En algunas creencias, se considera una virtud, una forma de demostrar la fe sincera y profunda. En el Islam, el término se traduce como “sumisión a Dios” y es requisito esencial para la salvación. Sin embargo, tiene connotación negativa, si se utiliza para justificar dominación, absolutismo y violencia en nombre del culto. Es la forma de controlar personas, y limitar su autonomía de acción.

En la esfera socioeconómica, es acatamiento incivil y excesivo hacia una autoridad, grupo o sistema dominante en una sociedad, a expensa de intereses y valores propios. En este contexto, surge de la desigualdad económica y social; obligados a depender de poderosos para obtener empleo, recursos y servicios básicos, lo que conlleva consentir condiciones leoninas impuestas por los que exhiben jurisdicción. Y, también emerge, por falta de educación, proceso pedagógico, formativo y acceso a la información, dificultando la comprensión de los derechos legales, limitando la capacidad para tomar decisiones. El resultado es coerción sistemática, como la esclavitud o trabajo forzado.

En términos culturales, describe la dependencia de normas, valores y tradiciones de una cultura o sociedad. Algunos la consideran una forma de preservar la identidad de una comunidad. Sin embargo, puede ser problemática si se utiliza para justificar la discriminación y exclusión de quienes no se ajustan a las normas establecidas, limitando así la autonomía individual y fomentando la intolerancia hacia la diversidad y diferencia

Y, desde el punto de vista político, se describe como la actitud de persona o grupo que muestra una obediencia, sujeción y dependencia excesiva, sin cuestionamiento hacia un poder político o autoridad establecida, incluso a costa de su propia libertad, principios y valores, empeñando el prestigio individual y familiar, sacrificando al colectivo. Condición que surge del miedo, ambigüedad, interés personal o ideología, considerada negativa porque perpetúa, fortalece el avasallamiento e injusticia en una sociedad indefensa, engañada, burlada, timada en su buen proceder. Implica la falta de emancipación y subordinación incondicional hacia el mando instituido, en detrimento del bienestar común.

La actitud de sometimiento sin cuestionar ni desafiar a la autoridad, incluso si sus acciones son indebidas, perjudiciales o ilegales para ellos y la sociedad en general. Es la falta de independencia, la renuncia a la responsabilidad individual y colectiva en la toma de decisiones. La servil sumisión implica abdicación a la libertad y resignación a la manumisión; considerada como una forma de sumisión voluntaria. En la Venezuela de la cohabitación perversa, se produce en la oscuridad, cuando los forajidos se disponen ejecutar sus fechorías, y se da a conocer, una decisión inmoral, distante del sentir ciudadano, -por ello, estulta-, de entregar despreciables, conceder cobardes y burlándose con el embuste de asegurar proteger la identidad de los participantes, la incorporación al evento electoral de plena ciudadanía, a un organismo sin independencia y rastrero del régimen.  

Se impone el pensamiento crítico, autónomo y de resistencia pacífica como formas efectivas para desafiar sistemas arbitrarios y avanzar hacia una sociedad equitativa y justa, tanto en términos políticos, religiosos, socioeconómicos y culturales. Promover el respeto e inviolabilidad por los Derechos Humanos, así como la valoración de la diversidad e inclusión, elementos claves para evitar la obediencia miserable y construir un futuro más humano.

@ArmandoMartini

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