En los últimos 23 años la petrolera venezolana vendió decenas de sus activos en el exterior, sin rendir cuentas de los recursos obtenidos. Citgo en EE UU fue disminuida al mínimo y luego fue empeñada en una negociación que aún se dirime en tribunales. Ruhr Oel en Alemania fue vendida en su totalidad, y hasta se perdió el alquiler de la refinería de Curazao.
Adicional se dio la venta de 35% de las acciones en Nynas AB en Suecia, con lo cual se acabó por completo el plan de internacionalización ejecutado por la estatal en los años 80.
La infraestructura de refinación petrolera en el exterior fue uno de los activos más importantes de Venezuela. Y se dice fue, porque lo que empezó a formarse y a fortalecerse en los años 1980, ya en 2022 ha desaparecido casi totalmente.
Con refinerías de petróleo y asfalto 100% propias, participaciones accionarias, contratos de alquiler (leasing), asociaciones con empresas líderes y contratos de suministro, Petróleos de Venezuela (Pdvsa) fue por décadas, la única empresa petrolera Latinoamericana con acceso a refinerías en todo el mundo. Solo la venezolana llegó a tener un importante circuito internacional con capacidad para refinar más de 3 millones de barriles diarios (b/d) repartidos en el Caribe, América Latina, Estados Unidos y Europa.
En los últimos 22 años se inició la venta de los activos al argumentar que las refinerías no aportaban dividendos y generaban pérdidas, aunque la estatal ofreció poco de estos datos en sus informes de gestión. Se aseguró, además, que la medida formaba parte de un plan para salir de “activos no estratégicos y no alineados” con las políticas de alianzas comerciales que requerían tanto la petrolera como el país.
Las refinerías en el exterior aportaban en ingresos anuales unos US$ 500 millones en promedio.
“La Citgo no debe costar menos de US$ 10.000 millones. Solo si la vendiéramos y colocásemos ese dinero en unos bancos con los intereses habría dividendos al año de no sé cuánto. Como mal negocio es la Citgo”, dijo Chávez en 2010
La primera refinería con que Pdvsa comenzó su proceso de liquidación de activos en el exterior fue Antwerp, ubicada en Bélgica, al desprenderse de 50% de la participación accionaria que tenía en la empresa, con una capacidad de 14.000 b/d. Su venta se produjo en los años 2002 y 2003.
Desde entonces, la petrolera siguió con su política de venta de activos y pasó de tener la propiedad o el acceso a 24 refinerías dentro y fuera de Venezuela en 1999, a contar con solo 9 en 2022, de las cuales tres corren riesgo de perderse por estar envueltas en una polémica negociación.
En todas estas operaciones ha imperado la opacidad. Se desconoce cuánto fue el monto obtenido por las ventas, si hubo un avalúo, si se llevó a cabo un proceso de licitación y si los recursos se invirtieron en la propia industria. Las cifras oficiales solo precisan que Pdvsa recibió US$ 2.000 millones en dividendos por la venta de un grupo de refinerías de Citgo Petroleum Corporation en Estados Unidos, así como US$ 1.600 millones por otras cuatro ubicadas en Europa.
Lo que sí es un hecho es que no hubo rendición de cuentas en la Asamblea Nacional, y que Pdvsa es hoy una empresa mucho más pequeña en patrimonio y activos, con una infraestructura nacional en ruinas por falta de mantenimiento y con una constante pérdida de su negocio petrolero al mostrar una caída histórica de 2,7 millones de b/d en su producción
El plan de internacionalización de Pdvsa supo en los años 80 que por el tipo de petróleo pesado que existe en Venezuela, era necesario crear una empresa que pudiera garantizar la colocación del crudo en los mercados internacionales.
El plan de internacionalización de la industria comenzó en 1983 en Alemania. Consistía en la adquisición de refinerías, redes de distribución y terminales de embarque situadas en el exterior. Recalco que el programa no solo se limitó a la compra de los activos, sino que en muchos de ellos se llevaron a cabo proyectos de modernización y expansión.
“Varias de esas refinerías eran muy apropiadas para refinar el crudo pesado de Venezuela. Además, situaba a Pdvsa como una de las empresas con mayor capacidad de refinación a nivel mundial y daba la posibilidad de contar con una red importante para la salida de nuestro crudo, sobre todo en momentos de dificultades en el mercado internacional”,
Es por ello que Pdvsa decide comprar Citgo Petroleum Corp. en 1986, la tercera red de refinerías y estaciones de servicios en Estados Unidos; adquirir la mayoría accionaria de la alemana Ruhr Oel y Nynas AB en el corazón y norte de Europa, y compra activos en Bahamas y Curazao.
Era, por decir lo menos, novedoso e inusitado que una estatal petrolera del Tercer Mundo desarrollara este tipo de adquisiciones en Europa y los Estados Unidos. A la fecha, ni Pemex, Petrobras o Ecopetrol lo han intentado siquiera. Bolivia no tenía ni petrolera estatal en ese entonces y Ecuador carecía de ente regulador.
Este plan de internacionalización tuvo muchas críticas, incluso en el exterior. Una de ellas era que ese crudo que Pdvsa necesitaba colocar en el mercado internacional se vendía con descuento en sus propias refinerías ubicadas fuera del país.
Para ese entonces no había tanta competencia en el mercado norteamericano como existe hoy, por lo que había bastante seguridad en vender el petróleo.
“Pareciera que hay cierta razón en criticar el tema de la internacionalización de Pdvsa. Fue un plan ambicioso. ¿Produjo dividendos? Se ha señalado que reportaban pérdidas y que éstas estaban relacionadas a la venta de petróleo con descuento. Otro punto además es que no todas estaban procesando crudo venezolano y esa fue una de las razones de la venta de las refinerías en Europa”
“En la vieja Pdvsa también se tuvo la idea en que era necesario invertir los recursos extraordinarios y prefirieron comprar activos en el exterior. Esta fue otras de las críticas, se señalaba que esos recursos debieron ser entregados al Estado para ser invertidos dentro del país. Lo que llamaban el Estado dentro del Estado. Pero aquella Pdvsa generaba más ingresos, más divisas, tenía una mayor contribución en la economía, con una mayor producción y con la mitad de los empleados que la actual Pdvsa”
Durante la antigua Pdvsa, varios funcionarios dentro de la industria rechazaron el plan de internacionalización, y que luego muchos de ellos fueron los que durante la era chavista impulsaron la desincorporación de estos activos. “Desde un punto de vista ideológico, desde un principio estuvieron en desacuerdo con esta política de internacionalización”.
“Para los asesores del chavismo todo lo que hizo Pdvsa antes fue malo. Criticaron desde la apertura petrolera hasta el plan de internacionalización. Siempre le vendieron la idea a Chávez de que había que salir de esos activos en el exterior. Con la bonanza petrolera no había problema en seguir manteniéndolos, pero cuando los problemas con Estados Unidos aumentaron, trataron de salir de esos activos sobre todos los de Europa que no estaban generando muchas ganancias”.
En 1999, la industria petrolera venezolana ostentaba la propiedad o tenía acceso a 19 refinerías y plantas de asfalto en EE UU, Inglaterra, Alemania, Suecia, Gran Bretaña, Bélgica y Escocia; ahora solo quedan tres hasta la fecha en territorio norteamericano a través de Citgo y una participación minoritaria en Nynas que se redujo durante la administración de Maduro en 2020. Esas refinerías en su conjunto llegaron a mostrar una capacidad de refinación de más de 3 millones de barriles, es decir, que daban para refinar la producción petrolera total de Pdvsa en ese entonces, que llegó hasta los 3.500.000 de b/d sin necesidad de utilizar refinerías de terceros.
Es lamentable que la principal industria del país este en la situación en el que se encuentre actualmente por políticas erradas en estos últimos 23 años..
@willian_wilito