Abril de 2013. Barcelona vs PSG. Cuartos de final de la Champions -avanzaría el Barsa tras el 3-3 global-. “Seguramente fue aquel día cuando decidí mi retiro como jugador. Intenté alcanzarlo y Messi me dobló en velocidad. Ahí me di cuenta…”. David Beckham recuerda cuándo sintió que ya era el momento de colgar los botines, nada menos que en una jugada contra el astro argentino. “Es el mejor del mundo, algo único, ninguno se le parece. Ni Ronaldo está a su altura”, admitió el inglés tras el partido. Cómo son las vueltas de la vida… Hoy, una década después, Messi vuelve a ser protagonista en la vida del Beckham, aceptando la oferta del Inter de Miami, la franquicia que fundó en 2018, luego de aquel retiro definitivo en 2013. Sí, apenas un mes después de aquel partido ante Leo, que lo dejó expuesto, anunciaba su decisión a los 38 años. “Siento que es el momento justo de terminar mi carrera”, resumió.
JULIO MOZO // INFOBAE
Habían sido 21 años como profesional, desde aquel esplendoroso surgimiento en el Manchester United. Su padre había sido fanático del club y David mamó esa pasión. “Yo quiero ser futbolista”, le contestó, cuando estaba en la primaria, a una maestra que le preguntó qué quería ser cuando sea grande. “Fue realmente lo que siempre quise ser, aunque al principio siempre me dejaban de lado porque era chiquitito, flaco, petiso..”, relató quien estuvo en un torneo de habilidades de Bobby Charlton, de ahí se fue a una prueba -fallida- en Barcelona y volvió a Old Traford para ser captado por Sir Alex Ferguson y debutar a los 17 años, en 1992.
Dueño de una técnica excelsa, sobre todo en el pase y el remate, además de una marcada inteligencia para jugar en el sector del campo con más tráfico, Beckman se destacó en el United y fue parte esencial del brillante equipo que, con figuras como Peter Schmeichel, Neville, Giggs, Paul Scholes y Keane, ganó la Premier, la FA Cup, la Champions y la Copa Intercontinental, en la 98/99. En total sumó seis Premier League y dos FA Cup antes de irse al Real Madrid, en 2003, por 35 millones de euros. Barcelona también lo quiso, pero él prefirió la Casa Blanca.
No le podía sentar mejor la mística y glamour del equipo a este, justamente, glamoroso jugador, que ya empezaba a ser tan conocido dentro del fútbol como afuera, por su belleza estética y la onda/elegancia que le ponía a cada aparición. Fue parte de aquellos fichajes “galácticos” realizados por la directiva presidida por Florentino Pérez, que apuntaban no sólo a fortalecer la parte deportiva sino también a generar un negocio que incluía venta de merchandising y giras por el mundo, entre otros rubros.
Para esa época, Beckham era mundialmente famoso, por más que por sus cualidades futbolísticas, que no eran pocas. En 1997 se había puesto de novio con Victoria Adams, integrante de las famosas Spice Girls, la banda pop femenina que se convirtió en la más famosa del mundo y que vendió 80 millones de discos. Se comprometieron en 1998 y se casaron en julio de 1999, en medio del boom deportivo de su esposo con el United. Un combo letal. Pareja famosa, glamorosa y exitosa. Ambos, cada uno por su lado, hicieron millones. De hecho, en 2004, Beckham fue el futbolista que más dinero ganó, entre su salario y contratos publicitarios y en su última campaña en España recaudó 29.1 millones de dólares. Hoy, 23 años después de su casamiento, Posh Spice y David siguen siendo pareja, con cuatro hijos (Joseph, el mayor, tiene 24 años), todos fanáticos de Messi…
Tras su periplo en el Real Madrid, que tuvo buenas y malas, Beckham tomó la polémica decisión de irse a jugar a la MLS, puntualmente al Galaxy de Los Ángeles, a los 31 años, cuando todavía le quedaba nivel para seguir compitiendo en Europa. La decisión pareció responder más a fines lucrativos, ya que David era consciente de su futuro declive físico y deseaba exprimir al máximo su potencial publicitario en un mercado gigante como el de USA. Además, bajo la figura de jugador franquicia, que le permite al equipo superar el tope salarial que tiene cada equipo, firmó el contrato más alto de la historia del torneo, con un salario anual de 6.5 millones de dólares. La MLS, buscando un nuevo boom de popularidad dentro de un mercado dominado por el fútbol americano, el básquet y el béisbol, se apoyó en Beckham y su imagen. Poco duró la experiencia. Al año, el inglés se dio cuenta que estaba para más y volvió al Viejo Continente para jugar en el Milan, con el objetivo de prepararse para el Mundial 2010.
David había sido parte esencial de la selección inglesa desde su debut, en 1996, a los 21 años, siendo capitán desde el 2000 hasta el 2006. En 2009 superó a Bobby Moore como el inglés con más presencia en su equipo nacional, pero lamentablemente aquel Mundial 2010 se lo perdió por una grave lesión en el tendón de Aquiles. Fue cuando ya se quedó en el Galaxy, hasta 2013, cuando hizo el último intento, en Europa, jugando una buena temporada en el PSG.
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