A medida de que Nicolás Maduro trataba de convencer al mundo que Venezuela se había arreglado, su régimen redoblaba esfuerzos para crear en Caracas una burbuja de estabilidad, asegurándose que la capital estuviese libre de sufrir los severos problemas de escasez de combustible y productos de primera necesidad que asfixian al resto del país.
Por Antonio María Delgado | El Nuevo Herald
Pero la burbuja estalló en días recientes y los conductores en la capital del país se han visto obligados a hacer largas filas nuevamente para tratar de echar gasolina en sus autos, situación que sigue siendo peor en otras ciudades, donde el combustible es ofrecido en las calles por vendedores ambulantes en botellas a un precio de un dólar por cada litro.
El que el problema se registre en Venezuela es una gran ironía, considerando que el país cuenta con las mayores reservas petroleras del mundo.
“En Caracas nosotros ahora podemos pasar hasta ocho o diez horas en cola”, dijo Carlos Julio Rojas, coordinador de la organización no gubernamental Frente en Defensa del Norte de Caracas.
“Lo que nos han comentado en conversaciones con los trabajadores de las estaciones de servicio es que está llegando menos gasolina a Caracas porque ante la crisis en las refinerías, ellos han tenido que reducir los envíos a la capital. Pero si nosotros estamos aquí enfrentando una situación tan grave, no nos queremos imaginar lo que se vive en el interior del país”, dijo el activista.
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