El gobernador de Florida, Ron DeSantis, firmó hace un mes una ley que prohíbe la inversión sostenible. Es decir, los gobiernos estatales y locales no podrán considerar factores medioambientales, sociales o de gobernanza (ESG) en su decisión de invertir o contratar a empresas específicas. Asimismo, obliga a los bancos registrados a conceder préstamos a diferentes industrias, incluidas las de combustibles fósiles o de armas, algo que va en contra de los valores de algunas de las principales instituciones financieras.
Por La Nación
La Ley de Activismo Gubernamental y Corporativo del estado, que entrará en vigor el 1 de julio, prohíbe que los bancos discriminen a los clientes por sus creencias religiosas, políticas y sociales, incluido su apoyo a la seguridad de la frontera, armas de fuego, entre otros temas. Cuando el gobernador firmó el documento, arremetió contra los factores ESG y los describió como un intento de los defensores de la cultura woke de “imponer la ideología a través de instituciones empresariales.” De esta manera, la legislación penalizaría a los bancos si niegan sus servicios a ciertas empresas.
En ese contexto, una compañía importante parece replantearse su sede en Florida. Climate First Bank, que defiende su dedicación a la sostenibilidad, analiza abandonar el estado. “Este banco centrado en el medio ambiente, que se puso en marcha en 2021, se presenta a sí mismo como basado en valores, centrado en la promoción de prácticas empresariales sostenibles mediante los servicios bancarios y préstamos a empresas con una sólida misión medioambiental, social y de gobernanza”, informó Banking Dive.
De acuerdo con el medio citado, la institución eliminó su lista de exclusión, en la que mencionaba los sectores con los que no hacía negocios, también “borró todas las referencias a ESG en su sitio web y las sustituyó por términos como “valores, misión o responsabilidad social corporativa”, según confirmó el CEO del banco, Ken LaRoe, citado por Banking Dive.
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