Mejor calidad de vida, un lugar para vivir dignamente y trabajar sin temor a persecución política o de pandilleros son las principales razones por la que la mayoría de migrantes venezolanos se embarcan en un viaje hacia la frontera de México con Estados Unidos, en busca de una oportunidad para pedir asilo.
Por El Financiero
Los viajes que emprenden las personas desde Venezuela hasta ciudades fronterizas como Nuevo Laredo, Matamoros, Piedras Negras, Tijuana, Reynosa y demás, les toman días, semanas e incluso meses. A lo largo de ese trayecto enfrentan peligros, sed, hambre, el clima y un sinfín de eventos riesgosos, pero la necesidad es tanta, que no les importa poner en riesgo su vida o incluso la de quienes los acompañan.
Todo esto es una realidad que viven a diario miles de personas. Incluso, si ya están dentro de México o en la frontera con EEUU, las posibilidades de cruzar para solicitar asilo son pocas, según comentan.
Desde la semana pasada, comenzaron a arribar a Nuevo Laredo migrantes provenientes de campamentos ubicados principalmente en Matamoros, Tamaulipas, y Monterrey, Nuevo León, ciudades donde esperaban con ansias realizar una cita a través de la app CBP One pero ha sido imposible debido a la cantidad diaria limitada de casos que se realizan y el gran número de personas en espera de ser recibidos.
Lo anterior llevó a que los migrantes se comunicaran entre ellos mediante grupos de WhatsApp para investigar en qué fronteras el cruce es más ágil. Fue entonces cuando se corrió la voz de que en la frontera entre Nuevo Laredo y Laredo, Texas, luego de que se suspendiera la realización de citas a través de la app CBP One, autoridades de migración americanas aceptan entre 10 y 20 personas diarias sin necesidad de cita para procesarlas.
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