Un exempleado de OceanGate Expeditions envió hace años un correo electrónico a otro exasociado de la empresa con preocupaciones sobre las posibles fallas del sumergible Titán y una ominosa advertencia sobre su CEO, quien murió el mes pasado junto a otras cuatro personas cuando la embarcación implosionó en una inmersión en el Atlántico Norte, según The New Yorker.
Por CNN
“No quiero que se me considere un aguafiestas, pero me preocupa tanto que se mate a sí mismo y a otros en el empeño por impulsar su ego”, escribió David Lochridge sobre Stockton Rush, CEO de OceanGate, de acuerdo al reporte. La empresa organizaba excursiones turísticas por US$ 250.000 el boleto a los restos del Titanic, de 111 años de antigüedad.
Lochridge trabajó como contratista independiente para OceanGate en 2015, y luego como empleado entre 2016 y 2018, según informó CNN. Pronto se vio enredado en un litigio con OceanGate, alegando que fue despedido injustamente por plantear preocupaciones sobre la seguridad y las pruebas del Titán.
“Me consideraría bastante audaz cuando se trata de hacer cosas que son peligrosas, pero ese submarino es un accidente a punto de ocurrir”, escribió Lochridge en el correo electrónico a Rob McCallum, un asociado del proyecto que se desvinculó por las preocupaciones de no clasificar el vehículo por una agencia de certificación marina, según informa The New Yorker.
“No hay forma de que me hubieras contratado para sumergirme en esa cosa”, continuó Lochridge.
McCallum, un divemaster que ha dirigido expediciones al Titanic, advirtió a Rush en 2018 sobre la seguridad del sumergible Titan, diciéndole al CEO que se estaba poniendo a sí mismo y a sus clientes en peligro, informó previamente CNN.
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