La Oficina del Alto Comisionado de Paz (OACP) de Colombia alegó que de cara a sentarse a negociar con el Estado Mayor Central (EMC), la principal disidencia de las FARC, la exigencia principal es que se respete la vida de los firmantes de la paz.
“Esa exigencia ha sido inamovible para todos los grupos armados irregulares que han demostrado su interés en ser parte de la paz total”, apuntó la OACP en un comunicado este domingo, publicado después de que se conociera que el Gobierno y el EMC han llegado a un acuerdo para instalar una mesa de negociaciones de paz.
Aunque la responsabilidad de proteger la vida y garantizar la seguridad de los firmantes del acuerdo de paz de las extintas FARC es del Estado, la OACP alegó que ve “todo acto violento en contra de la población firmante como una afrenta a los esfuerzos y anhelos de paz”.
El sábado un firmante de paz, Rigoberto Mendoza, que realizaba su proceso de reincorporación en San Vicente del Caguán, en el sur de Colombia, fue asesinado. Su cuerpo apareció con un cartel alusivo a un frente del EMC.
“La autoría de varios asesinatos y amenazas en contra de firmantes de paz está aún por esclarecerse, situación que exige investigaciones eficaces y sanciones por parte de las autoridades responsables”, aseguró en el comunicado la OACP, con relación a este y los otros 376 asesinatos de excombatientes.
Se espera que con la instalación de la mesa de diálogos de paz las partes discutan y aprueben un cese al fuego bilateral, luego de que el Gobierno, que ya había iniciado acercamientos con el EMC, suspendiera hace mes y medio de manera parcial el cese el fuego bilateral con esa disidencia.
El levantamiento se produjo como respuesta al asesinato de cuatro indígenas menores de edad que intentaron escapar tras ser reclutados a la fuerza en el sur del país por el Frente Carolina Ramírez, que hace parte de ese grupo.
EFE