Durante casi 33 horas, cientos de pasajeros que querían llegar a Honolulu, Hawái, tuvieron que esperar en una sala del aeropuerto John F. Kennedy de Nueva York. Mientras trataban de encontrar alguna explicación y certidumbre sobre el próximo vuelo, acusaron que solo se les ofreció un vale de 12 dólares para comer. Al final, su trayecto lo completaron en 44 horas.
Por La Nación
La salida del avión de la compañía Hawaiian Airlines estaba prevista para las 10 de la mañana del martes, pero el despegue se canceló por un “olor durante un control de cabina previo a la salida”, describió WNBC-TV. Entonces, los clientes pasaron una eternidad en la puerta de embarque. No sabían que estarían ahí por tantas horas, sino que, según el informe, les informaron de un retraso tras otro.
Una de las personas afectadas declaró al medio citado: “Nos enteramos de que algo se averió, de algún problema mecánico que tenían que solucionar. Dijeron que debían traer la pieza por avión desde Atlanta, Georgia”. Si bien ese protocolo se cumplió, el avión no despegó. El mismo pasajero sumó: “Entonces el piloto no quiso autorizar el vuelo porque dijo que olía a humo”. De acuerdo con el reporte, a los turistas no se les permitió recuperar su equipaje ni revisar alguna otra opción de viaje.
Jae Kim se trasladaba en el vuelo HA51 que estaba previsto para despegar el martes. En declaraciones para Hawai News Now dio a conocer cómo fue el proceso. “Había muchos niños y personas mayores”, dijo. “Estamos muy cansados y disgustados. Lo más molesto es que no dejé de preguntarles si podía cambiar el vuelo y quedarme en el hotel y volver para el siguiente”, señaló Kim. “Me aconsejaron que no lo hiciera”.
Una persona más se comunicó con el mismo medio y aseguró que la aerolínea no le ofreció alojamiento y también que no dejó que bajaran el equipaje facturado. Otros pasajeros enfatizaron la falta de comunicación. Desde sus testimonios, les ofrecieron un vuelo el miércoles a las 10 de la mañana, pero sin precisarles que ya no había lugares.
Cuando los problemas técnicos y de logística se resolvieron, la tripulación tenía que descansar, lo que significó otro retraso. Finalmente, a las 19 hs del miércoles, el vuelo, que operaba ahora como HA1051, por fin salió.
La respuesta de la aerolínea
Luego de todos los inconvenientes, la aerolínea respondió en un comunicado: “El martes 18 de julio, nuestras tripulaciones informaron de un olor durante un control de cabina previo a la salida del HA51, lo que provocó una inspección minuciosa de la aeronave por parte de mantenimiento. La resolución del problema continuó esta mañana, lo que causó que la tripulación superara el número máximo de horas de servicio legalmente permitidas y les obligó a regresar al hotel para descansar. Lamentamos enormemente las molestias y agradecemos la paciencia de nuestros clientes. Estamos decididos a arreglar las cosas y trabajaremos directamente con los pasajeros afectados”.
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