El “caso Mbappé” está enturbiando la pretemporada del París Saint-Germain en Japón y los primeros pasos del entrenador español Luis Enrique en el banquillo del equipo parisiense.
Ausente del viaje a Asia, que tendrá una primera etapa nipona y otra surcoreana, el delantero francés, en conflicto con la dirección del club por su negativa a renovar su contrato, que expira al final de la temporada, asfixia el resto de la actualidad del equipo.
Luis Enrique lleva ya 20 días trabajando con una plantilla que no sabe si contará con el que muchos consideran el mejor jugador del mundo.
Kylian Mbappé, que rechaza prolongar su contrato para poder irse libre a final de temporada, comenzó a trabajar con el resto del equipo hace días, pero, para sorpresa general, no viajó con el resto de la expedición a Japón.
El equipo francés jugó en Osaka frente al Al-Nassr de Cristiano Ronaldo su primer partido, que se saldó con un 0-0 y pocas conclusiones, salvo que en el ataque está todo por decidir.
El PSG ha establecido un cordón sanitario en torno al entrenador, que no hablará con la prensa hasta la víspera de su debut liguero, previsto el 12 de agosto en el Parque de los Príncipes frente al Lorient.
De esta forma, esperan que el técnico no tenga que responder a preguntas sobre Mbappé, lo que podría todavía enturbiar más una situación complicada.
El diario L’Équipe, que cita fuentes internas, asegura que el ambiente en la concentración es “plomizo” y que la onda expansiva de la situación que vive el delantero estrella del equipo llega hasta Japón.
No solo el ambiente parece contaminado, también la preparación misma, porque la continuidad o no de Mbappé tiene un gran influjo en el equipo.
Incluso con él en la plantilla, el PSG tenía previsto incorporar a jugadores en el sector ofensivo. Pero si finalmente el atacante de Bondy decide partir, la reestructuración tiene que ser más profunda.
TRIDENTE AÑORADO
Ante el Al-Nassr, Luis Enrique no pudo contar ni con Mbappé ni con Leo Messi ni con Naymer, que sigue en el club pero que está todavía corto de forma, el tridente mágico que colocó al PSG en otra galaxia la pasada temporada.
Carlos Soler, Marco Asensio y Lemina no tienen el mismo tirón y, pese a que el equipo saudí contaba con Cristiano Ronaldo en sus filas, apenas se registró media entrada en un estadio de 50.000 plazas que, la pasada temporada, el PSG llenó en tres partidos de pretemporada.
En paralelo, L’Équipe publica este miércoles que una delegación del Al-Hilal saudí se encuentra en París para negociar ciertos fichajes y que aprovechará para tratar de convencer al jugador de aceptar su oferta.
Según los medios, el club que fracasó a la hora de convencer a Messi, que optó finalmente por el Inter de Miami, ha puesto sobre la mesa 300 millones de euros para hacerse con Mbappé.
El club francés ha aceptado la oferta y ha admitido que la entidad saudí negocie con el jugador.
Esa sería una puerta de salida a una situación que parece enquistada, aunque el propio delantero no pareció tomarla muy en serio en sus redes sociales, en las que acompañó con varios emoticonos de carcajadas una broma sobre su fichaje por Arabia Saudí colgada por el jugador griego de la NBA Giannis Antetokoúnmpo en la que el heleno decía: “Al Hilal, te puedes quedar conmigo. Me parezco a Kylian Mbappé”.
El PSG, por su parte, continúa convencido de que Mbappé tiene un acuerdo con el Real Madrid para marcharse libre la próxima temporada y su presidente, Nasser Al Khelaifi, está dispuesto a seguir tensando la situación. A riesgo de que afecte a todo el equipo.
EFE