Guillermo Alfonso Torres Márquez, de 30 años, era un hombre lleno de ilusiones, entre esas comprarle una casita para su mamá que vive en Venezuela.
Por: La Teja
Durante el último año de su vida se esforzó por conseguir un trabajo fijo en Costa Rica, mientras este le llegaba, se compró una moto y mediante plataformas de comidas la pulseaba junto con un amigo repartiendo comidas.
Él era originario de San Cristobal de Venezuela y deseaba llegar a los Estados Unidos en busca del sueño americano; pero lamentablemente un trágico accidente en una carretera tica, le robó la vida y con ellos todos sus planes.
Paradójicamente dos días antes de morir, Guillermo se comenzó a despedir de sus seres queridos, les decía que iba detrás de sus ambiciones en USA; estos mensajes más bien se convirtieron en un adiós para siempre.
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