El río Rin ha sido una ruta marítima confiable durante siglos, ayudando a generar gigantes industriales a lo largo de sus orillas. Pero esos días están llegando a su fin, y la lucha se hace aún más urgente a medida que el gobierno de Alemania no logra mantener el ritmo, así lo reseñó INFOBAE.
Con el agua retrocediendo regularmente a niveles que impiden el envío desde finales del verano hasta el otoño, las empresas de la ruta comercial más importante de Europa se apresuran a adaptarse, lo que subraya cómo la crisis climática está afectando incluso a las economías industriales avanzadas.
BASF está desviando la logística a trenes y camiones. El fabricante de plásticos Covestro tiene planes de contingencia que incluyen trasladar parte de la producción a Bélgica. Los fabricantes están almacenando suministros, los servicios públicos están almacenando combustible adicional y los operadores de carga han comenzado a revisar las flotas con barcazas capaces de navegar en aguas poco profundas.
Las costosas y engorrosas soluciones tienen como objetivo evitar paradas generalizadas debido a interrupciones en la arteria de transporte crítica, un dilema que se está volviendo más frecuente a medida que los inviernos más cálidos significan menos nieve para mantener los niveles durante los meses secos de verano.
Después de que las brutales olas de calor azotaran el sur de Europa, el río en Kaub, un punto de referencia clave al oeste de Frankfurt, ha alcanzado niveles este verano que significan que algunos barcos podrían transportar solo la mitad de la capacidad normal. Si bien las lluvias recientes han aliviado la tensión, incluso pequeños cambios pueden tener un gran impacto. Una caída de 10 centímetros (cuatro pulgadas) significa que se pueden transportar unas 100 toneladas menos por barco, según Florian Röthlingshöfer, director de Swiss Rhine Ports.
“Lo que podríamos experimentar hoy como la excepción se convertirá en la norma en el futuro”, dijo Christoph Heinzelmann, director del Instituto Federal de Ingeniería e Investigación de Vías Navegables de Alemania, en una entrevista. “Con eso, surgirán más limitaciones”.
La revisión de la flota del Rin de 8.900 barcos para aguas poco profundas podría totalizar alrededor de 90 mil millones de euros (99 mil millones de dólares). Y eso es solo parte de los costos para mantener el flujo del comercio. Hay inventarios adicionales y el espacio para almacenarlos, así como planes del gobierno para rediseñar el río, que tardan en llegar.
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