Entre aguas negras, malos olores y sin poder utilizar el baño para sus necesidades biológicas, viven los habitantes de la parroquia Alonso de Ojeda y Libertad, estado Zulia.
Corresponsalía lapatilla.com
El colapso de las cloacas es evidente en las calles del municipio Lagunillas, pues la planta de tratamiento está paralizada desde hace varios años.
Yesenia Álvarez, quien reside en el sector San Benito, suplicó al régimen solventar el caos que se vive en la zona desde hace más de doce meses. Lamentan vivir entre tanta putrefacción con las aguas negras que se empoza dentro y fuera de sus hogares.
“Aquí vamos como el cangrejo para atrás. Desde hace un año no usamos los baños, porque la porquería se regresa. Tuvimos que construir un pozo séptico para poder hacer nuestras necesidades. Si no hacerlas en una bolsa y lanzarla al monte”, contó.
La sexagenaria relató que es desagradable comer siempre con ese mal olor.
Rosa Díaz vive en el barrio Luis Salazar II y contó a lapatilla.com que el último año en la zona ha sido caótico y terrible. El colapso de las agua negras, la falta de agua potable por tubería y la doble tanda de racionamiento eléctrico que aplican en esa jurisdicción, somete a la gente a vivir en condiciones infrahumanas.
“Aquí tuvimos que taponear la tanquilla para no tener la casa llena de heces fecales, el baño no lo podemos utilizar. Como en casa de mi hermana hay un patio grande, hicimos un pozo, y las dos familias hacemos las necesidades allí”, dijo.
María Díaz lamentó las frecuentes enfermedades gastrointestinales por las que atraviesan semanalmente sus hijos debido a las aguas podridas.
Luis Martínez, concejal de Lagunillas, aseveró que la situación en el municipio es compleja por el colapso de la red de aguas servidas. Dijo que 80 % de los sectores de la localidad presentan este problema.
El edil pidió a los tres niveles de gobierno coordinar acciones para solventar este caos, que está empeora la salud y la calidad de vida de los ciudadanos.