Palabras disecadas en el museo de la infamia
Hemos dicho de todo, la adjetivación de nuestros horrores se ha agotado, no hay calificativo restante, las palabras ya no pueden recrear nuestra tragedia, sobran, la realidad las ha rebasado y, en términos de memoria histórica, no representan ni significan nada, son estatuas disecadas en el museo natural de la infamia chavista. Voces, gritos, lamentos y agonías conforman nuestra desgracia verbal que ya no sabe qué decir para detener tanto crimen.
El narcosocialismo chavista, en cambio, usa pocas palabras y muchas balas para someter al venezolano, para dominar su voluntad y mantener el control de la nación.
Nuestras palabras se deshacen.
Fernando Villavicencio o la palabra retadora
En Ecuador, el asesinato del candidato presidencial Fernando Villavicencio, crítico acérrimo del narcosocialismo chavista, ha mostrado que las prácticas de la dictadura venezolana se han expandido por toda la región sin que exista una respuesta terminante al respecto. Fernando, hombre íntegro, luchador y decente, que conocí en Quito, retó con palabras a las mafias de Rafael Correa (títere de Hugo Chávez en Ecuador) y fue acribillado con tres disparos en la cabeza.
Más de quinientos venezolanos han sido asesinados con disparos en la cabeza durante la tiranía narcosocialista chavista como ocurrió en Ecuador. Sin palabras.
Esta práctica asesina ahora es latinoamericana.
Petro contra Petro, choque de palabras
En Colombia, Nicolás Petro, hijo del presidente de Colombia Gustavo Petro, ha sido encarcelado por prácticas irregulares en el financiamiento de la campaña de su padre, prácticas que vinculan dicho financiamiento con el narcotráfico colombiano y seguramente venezolano. El socialismo, como en Venezuela, se vincula con el narcotráfico. Petro se enfrenta a Petro, batalla de palabras, y entre ambos muestran la patética realidad de esa nación hermana. Petro sacrifica a su propio hijo para conservar el poder. Palabras y más palabras.
Armando Benedetti, jefe de campaña del capo de la mafia presidencial Gustavo Petro, ya había advertido de la podredumbre. Sus revelaciones nos dejaron sin palabras.
El narcosocialismo ya no es chavista, es latinoamericano.
La decencia y la esperanza, palabras amenazadas
En Venezuela, María Corina Machado, quien también enfrenta al narcosocialismo latinoamericano, ha sido amenazada con unos coñazos por la nomenklatura chavista. Diosdi también la ha amenazado con una metralleta de palabras, algunos alacranes y no pocos opositores también. Nos preocupa mucho su seguridad no sólo por el grandísimo aprecio que le tenemos, sino porque representa la esperanza de que la decencia llegue al poder en Venezuela por primera vez en mucho tiempo.
Sacar a coñazos a María Corina, mujer integra y luchadora como Fernando, está a pocos pasos de acciones criminales del narcotráfico contra ella. Su coraje nos deja sin palabras.
No podemos dejarla sola.
Misión: metamorfosis de la palabra
En Latinoamérica, tú y yo, él y ella, nosotros todos, cada latinoamericano está en peligro. El narcosocialismo se ha instalado en el poder en Brasil, Argentina, Colombia, Nicaragua y Venezuela, han creado una Organización de Estados Americanos criminales, que asesina a mansalva a personas íntegras y luchadoras que enfrentan –enfrentamos– su criminalidad con palabras, argumentos y leyes. Tenemos todas las de perder hasta que nuestras palabras sufran una metamorfosis, sean más sólidas y fulminantes.
La batalla, por primera vez en la historia de la humanidad, es de cada uno de nosotros, es de todos. Una sola persona puede hacer mucho más de lo que jamás pudo hacer antes. Hazlo.
El narcosocialismo no es sólo una palabra, es una lepra que hay que extirpar.
Es tu misión y la mía…