Según la prestigiosa revista Forbes, Bill Gates se ubica en el sexto lugar del lista de las personas más ricas del mundo. Por eso, no sorprende que el fundador de Microsoft sea dueño de una imponente mansión en Estados Unidos por la que paga alrededor de un millón de dólares por año en impuestos.
Por TN
Tecnología que le hacen vivir a los visitantes una experiencia única, arena importada del Caribe, muelle con salida al lago, cine con sillones de lujo, una gran biblioteca que contiene un manuscrito de Leonardo da Vinci de casi 31 millones de dólares, un arroyo artificial y una pileta cubierta son sólo algunas de las características de la fortaleza infranqueable del magnate empresarial.
La imponente mansión que construyó Bill Gates
Desembolsó alrededor de 63 millones de dólares y demoró casi siete años la construcción de su mansión en Medina, Washington. Una vez que estuvo terminada, en 1994, la bautizó como Xanadu 2.0, en homenaje a la casa ficticia que pertenece a Charles Foster Kane, el personaje principal de la reconocida película El ciudadano Kane (1941), dirigida por Orson Welles.
La vivienda se ubica en el suburbio de Seattle, que casualmente también es hogar de otro multimillonario: Jeff Bezos, el fundador y presidente de Amazon. Según el último estudio de la revista Forbes, Bezos es la tercera persona más rica del mundo, con un patrimonio de 114 mil millones de dólares, mientras que Gates se ubica en el sexto lugar del ranking, con un total de 104 mil millones de dólares.
La mansión tiene 20 mil metros cuadrados, está tasada en un total de 146,7 millones de dólares y paga alrededor de 1 millón de impuestos al año, según el informe que publicó la oficina del asesor público del condado de King en 2022. Cuando Gates compró el terreno, en 1988, valía 2 millones de dólares.
En las obras participaron unos 300 trabajadores, de los cuales 100 eran electricistas. Es que hay un complejo sistema de tecnología que permite a los invitados ingresar sus preferencias de temperatura e iluminación en un pin y, mientras caminan por la casa, cada ambiente se adapta a sus elecciones. Además, la música los acompaña mientras avanzan por las diferentes habitaciones, que tienen parlantes ocultos detrás del papel tapiz de las paredes.
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