El norte de Filipinas se prepara este domingo para el embate del tifón Saola, calificado de “supertifón” por la agencia meteorológica filipina, con vientos sostenidos de 185 kilómetros por hora y rachas de hasta 230 kilómetros por hora.
En su último informe emitido este domingo, la Administración de Servicios Astronómicos, Geofísicos y Atmosféricos de Filipinas (PAGASA) elevó la alerta al nivel tres sobre un máximo de cinco al este de la provincia de Isabela, en la isla de Luzón, mientras que el resto de la parte oriental de Luzón está con una alerta de nivel dos.
Aunque es probable que el ojo del tifón no toque tierra en Filipinas, sí se espera que provoque fuertes vientos y lluvias en la noche del domingo y el lunes en las provincias de Isabela, Cagayan, Ilocos y en la región de la cordillera, con riesgo de inundaciones y desprendimientos de tierra.
Además del riesgo físico que supone para los habitantes de estas regiones, el temporal puede causar cuantiosos daños económicos al golpear a zonas de gran riqueza agrícola para la producción de arroz y verduras.
Filipinas sufre unos 20 tifones o tormentas tropicales al año y padeció el mes pasado los destrozos del Doksuri, que causó al menos 25 muertes y un reguero de destrucción a su paso por el archipiélago. EFE